vital, en la que se da entre la realidad y la norma, entre lo que es y
lo que debe ser, entre lo vigente y lo valioso.
Ahora bien: todas estas distinciones tienen una dimensión social
que el nuevo académico considera muy atenta y define muy acertada¬
mente. La maxima contraposición, nos dice, es la que se da entre la
costumbre" y "tradición", por un lado, y la “revolución" por otro;
no tanto, sin embargo, que la costumbre no encierre nada de nuevo,
ni la revolución conserve algo de lo antiguo. Pero para el senor Gar¬
cia Valdecasas "costumbre" y "tradición" no son sinónimos. " Eviden¬
temente —nos dice— en toda costumbre se encierra una respuesta
ante una situación y se acumula una experiencia ante una realidad;
todo aquello que es costumbre empezó por no serlo", y "lo que se hace
por costumbre acaba por hacerse sin saber por qué", y, aun sin mo¬
tivo real ya para ello: es el caso de las "supervivencias' sociales, tam¬
bién registradas en el discurso que comentamos. Pero la tradición, si
bien conservada por la costumbre, es, ante todo, un "acto de en¬
trega", a saber: de entrega de algo inventado o descubierto por el
inventor o descubridor a los demás, y trasmitido por éstos a sus coe¬
táneos o descendientes, "de capas en capas sociales o de generacion
en generación", con el supuesto de toda tradición, que es la verdad
"En cuanto a la "revo¬
o el valor que se encierra en lo que se trade"
lución” —nos dice—, es una actitud de rebeldia ante las creencias,
costumbres y leyes recibidas, sin más por el hecho de ser recibidas".
Aqui se senala por el recipiendario una nueva forma de "tensión", a
saber: la tensión entre las creencias sociales recibidas y las nuevas
creencias en gestación.
A estos dos extremos, la conservación consuetudinaria y tradicio¬
nal por un lado, y la “revolución" por otro, yo anadiria un término
medio, que estoy seguro se halla en el ánimo de nuestro companero:
es la “evolución". La “evolución" supone, ante todo, una gradual com¬
plicación de las vivencias humanas de toda clase —en los dominios del
saber, del sentir, del hacer, del decir y del querer—, un transito "de
lo homogéneo a lo heterogéneo", para decirlo en términos de Spencer.
Pero supone, también, progreso y adelanto en la paulatina conquista
de los ideales vitales de verdad, de bondad, de belleza y de justicia;
lo que no se logra sin cierta diversidad y aun adversidad de direc¬
trices interferentes y su acendrada critica en el curso de la Histo¬
ria. El senior Garcia Valdecasas no nos habla de la evolución, pero
5 5
Max-Planck-Institut für
nia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte