Full text: Zumalacárregui Prat, José M.a: ¬La ley estadistica en economia

parse de principios económicos que del tejido de los resultados 
de la economia con los de las otras ciencias sociales» (34). 
Ahora bien: han triunfado los sociólogos? ;Es de alguna 
entidad o cuantia importante el resultado de su obra? En el 
apéndice C de los Principles de Marshall (7.a edic.), se dice que 
Comte ensenó bien los males de la extrema especialización, pero 
que una ciencia social, aunque deseable, no puede ser alcanzada, 
como muestra la experiencia. Blanca Magnino, al concluir la 
revista de la literatura sociológica (35), afirma: «Ya hemos in¬ 
dicado, en el curso del trabajo, las insuficiencias, lagunas o con¬ 
tradicciones de las distintas escuelas sociológicas y, sobre todo, 
su incapacidad radical de llegar a la comprensión exacta y, por 
tanto, a la solución verdadera del problema.» Yo he sentido 
siempre, tras la lectura de cualquier Tratado de sociologia, una 
sensación de vacio. A la sociologia le ha perjudicado honda¬ 
mente el espiritu positivista con que se viene cultivando, igual 
que una fisica o una biologia más. Digno de mención es el 
libro de M. De la Bigne de Villeneuve (36). Encuentra el autor 
que los estudios juridicos y económicos se hallan viciados en 
nuestra época por un exceso de deseo analitico, pensando que 
al análisis debe sustituir la sintesis, y que es llegado el mo¬ 
mento de integrar la Economia y el Derecho en la Sociologia. 
También yo pienso en la necesidad de una disciplina comûn 
a la economia, al derecho y a la politica. Pero si la integra¬ 
ción se hace en una sociologia positivista, es seguro que el 
esfuerzo resultará estéril. 
Permitanme los senores Académicos, puesto que esta Casa 
es lugar donde hemos de exponer nuestros pareceres cientifi¬ 
cos, y donde en lucha noble, caballerosa y fecunda contrasta¬ 
mos el valor de nuestras personales inquietudes e investiga¬ 
ciones sobre las materias del Instituto, que confiese sucinta¬ 
mente mi trayectoria, y que hable, para terminar, de algo que 
ya he esbozado o aludido en otra parte (37). También yo, que¬ 
rido senor Zumalacarregui, me empapé en mi juventud univer¬ 
sitaria de neohistoricismo y de wagnerismo. Llegué a conocer 
a fondo a Marx. El institucionalismo conveniente y la integra¬ 
(34) Id., nüm. 2.022. 
(35) 
Historia de la Sociologia, págs. 209 y 210. Edición espanola. 
(36) La crise du «sens commun» dans les sciences sociales. Sirey, 1934. 
(37) La meta de dos revoluciones. Conferencia de febrero de 1945, 
216 
Max-Planck-Institut für 
prales y Politicas 
europäische Rechtsgeschicht
	        
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