El senor Zumalacarregui nació en Lucena el ano 1879. Sin em¬
bargo, el lugar del nacimiento es cosa accidental, porque nues¬
tro nuevo companero forma parte de una neta estirpe vascon¬
gada. Sólo mediante investigación especial llega a averiguarse
el andalucismo del senor Zumalacarregui. De contrario, lo vasco
se advierte en el prima facie.
Estudió el Bachillerato en el Colegio que los Padres de la
Compania tienen en Valladolid. Por inclinación natural, y por
influencia de sus profesores los jesuitas padres Churruca y Mar¬
tinez, el joven estudiante dióse principalmente, de un lado, a
lo geohistórico, y de otro, a lo fisicomatemático. Al terminar el
Bachillerato, esta ultima dirección vencia a la primera, y la vo¬
cacion demandaba ser marino, o ingeniero, o doctor en ciencias.
La influencia familiar se interpuso y Zumalacarregui hubo de
cursar en las Facultades de Filosofia y Letras y de Derecho de
la Universidad salmanticense. Mas, en el fondo espiritual del
nuevo alumno de aquellas gloriosas aulas, quedaba intacta esa
tendencia que, manifestada hacia los quince o los dieciséis anos,
resulta, a la larga, en los hombres con vocación al estudio, indo¬
mable y, en definitiva, rectora de su vida, sin mengua de las
adaptaciones que el transcurso del tiempo impone.
Fué discipulo de Unamuno durante dos annos, y durante otros
dos estudió Historia con un profesor modesto y hasta oscuro:
don Santiago Sebastián Martinez González, varón que por su pro¬
fundidad y vasta cultura dejó perdurable recuerdo en nuestro
nuevo campanero. Aventajado alumno, llegó a traducir bien el
griego y hasta el hebreo biblico. En Derecho recibió la influen¬
cia de dos robustas personalidades: don Enrique Gil y Robles,
insigne maestro de Derecho politico, y el gran penalista don Pe
dro Dorado Montero. La Economia no llegó a interesar al reci
piendario. Incidentalmente tuvo que realizar un trabajo sobre
la influencia del factor económico en la criminalidad y operar
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Max-Planck-Institut für
prales y Politicas
päische Rechtsgeschichte