tonces realmente "poderoso", se apodera de los hombres que compo-
nen un cuerpo social. Importa que nos detengamos en esto que po¬
demos llamar dialéctica de la realización de un proyecto de convi¬
vencia. Nos va a poner sobre la pista de lo que es realmente el poder
Resulta trivial decir que el hombre es un ser constitutivamente
proyectivo si no se anade en seguida lo más importante, a saber, que
tiene que realizar los proyectos que hace. No es que el hombre haga
y deshaga proyectos de convivencia, es que tiene que hacerlos, y,
tademás, realizar alguno. El proyecto de convivencia es siempre una
posibilidad socialmente aceptada. Entrana, pues, una resolución, con
la cual se va socialmente desde las posibilidades a las realidades. Se
proyecta desde una imagen o idea de la convivencia para verterse
socialmente hacia la realidad. Cuando esa posibilidad ha sido social¬
mente aceptada, el proyecto es fuente de posibilitación, es posibilita¬
ción de facto. El proyecto de convivencia socialmente aceptado es
una realización incoada. Todo proyecto es tentación, es decir, tienta
a realizar. Tienta apoyándose en las tendencias naturales del hombre.
Esas tendencias marcan el ámbito de lo que el hombre desea, el
ambito de lo deseable. Los proyectos de convivencia tientan al hom-
bre apoyándose en lo que hemos llamado "tendencias sociales", el
ambito de lo que el hombre tomado socialmente desea. Se trata de
una tentación real, fisica. Se pone entonces socialmente el proyecto
de convivencia en la linea del intento y de la intención. El carâc-
ter positivo de este acto es el esfurezo, es decir, fuerza social. La
aceptación entrana, por tanto, una decisión, una volición, que con¬
siste en dar poder social a esa posibilidad. Sin esa decisión no habria
poder que dar. Es, pues, la decisión la que da poder a la posibilidad.
La realización de un proyecto de convivencia entranna siempre
la decisión u opción real entre posibilidades. De ahi el grave verro
que se comete pensando que el orden politico se realiza por la simple
actualización de las potencias humanas con arreglo al esquema tra¬
dicional potencia-acto. Hay una decisión real en virtud de la cual
los hombres de una sociedad concreta hacen socialmente suya una
posibilidad o proyecto de convivencia. Y esa decisión entre posibili¬
dades para aceptar una de ellas es lo que efectivamente, de facto, fi¬
sicamente, confiere poder social a esa posibilidad. Ese poder es fuer¬
za social resultante del esfuerzo y esa fuerza se apoya en las tenden-
cias sociales de los hombres que componen una sociedad concreta.
48
Max-Planck-Institut fü
Morales y Politicas
Real Ace
europäische Rechtsgeschichte