Full text: Conde, Francisco Javier: ¬El hombre, animal politico

es aquel, compuesto de los poderes de muchos hombres unidos por 
consentimiento, de una persona natural o civil que tiene el uso de 
todos esto poderes dependiente de su voluntad; tal es el poder de un 
Estado". El poder es, pues, una potencia, algo con que el hombre 
cuenta, algo que está en el haber del hombre entendido como una 
sustancia individual. Cuando los poderes de varios hombres se unen 
(tal es el caso de la constitución de un Estado, un Leviathán), el poder 
resultante queda incorporado, sustancializado en el Estado. Se con¬ 
vierte en una cosa tenida, una sustancia poseida por el titular del 
poder (compuesto) pasa a ser la potencia de una sustancia 
poder. El 
compuesta, dotada de razón y voluntad —la "public reason" o razón 
que dispone de las potencias de las sustancias individuales 
publica¬ 
para realizar el eu zén. 
Esta idea cardinal fué la médula teórica y práctica del absolu 
tismo. Las sustancias individuales se despojan de su poder para in¬ 
corporarlo en la razón publica. Asi dice, por ejemplo, Bossuet: "Cada 
uno renuncia a su voluntad y la reune en la del Principe" (L. I. ca¬ 
pitulo III, párr. 3 y 5). Y en otro pasaje: "El magistrado soberano 
tiene en sus manos todas las funciones de la razón" (I. III. 5). La 
public reason" es una sustancia compuesta, dotada de razón y de 
voluntad sustantiva por apropiación de las potencias de las sustancias 
particulares. 
La sustancialización del poder resulta también inevitable cuando 
se ha empezado por sustancializar la convivencia. Seria muy dificil 
escoger un ejemplo más representativo ni de mayor alcance práctico 
que la famosa doctrina del "poder constituyente". El poder aparece 
aqui como la potencia inexhaustible de una realidad sustancial ul 
tima y perennemente creadora, la Nación. La Nación es pura y abso 
luta espontaneidad 11; una fuerza, una voluntad sustantiva, "natu- 
ral", perfectamente libre: "Como no existe —dice Sieyès— más que 
en el orden natural, su voluntad no necesita sino los caracteres na¬ 
turales de una voluntad. Cualquiera que sea la manera como una 
nación quiera, basta que quiera. Todas las formas son buenas y su 
voluntad es siempre ley suprema." La Nación está ahi desde siempre, 
es un prius, fuente perenne de poder, inconmensurable, inagotable, 
omnipotente. El poder es la potencia natural que emana perenne 
mente de ese manantial ultimo. Lo que pasa -a diferencia de lo 
11 V. por ejemplo, Sieyès, en su Discurso del II Thermidor. 
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Max-Planck-Institut fü 
orales y Politicas 
europäische Rechtsgeschichte
	        
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