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El pensamiento filosófico alemán y los origenes de la Sociologia
na (14), y como fondo doctrinal, como fuente intelectual, los principios
de modelo, de retorno al principio y de renovatio y renacimiento.
La meta final, el modelo inmanente del proceso histórico de la hu¬
manidad es también para Fichte, como en general para la sociologia
clásica, una utopia; pero, a diferencia de Kant, no la construye con ma¬
teriales de la Ilustración ni casi tampoco con los de su época.
La meta se halla en primera y ultima instancia en el ascenso a la
eternidad, a lo Absoluto, y para ello la situa en una concepción que con¬
tiene in nuce el proceso todo de la vida histórica de la humanidad, la
doctrina de retorno al principio, al modelo, la idea del Paraiso perdido
que tras de su versión medieval de la Christianitas y la version renacen¬
tista de la Humanitas (15), cobra nueva vida en el siglo XIX e inspira
buena parte de su producción utópica (16). Esta concepción estâ en la
(14) 1. La época del dominio incondicional de la razón por medio del
instinto: el estado de inocencia de la especie humana. 2. La época en que
el instinto racional se ha convertido en una autoridad exteriormente coac¬
tiva: la edad de los sistemas positivos de la teoria y de la vida, que en
ninguna parte se remontan hasta los ûltimos fundamentos, y por esta
causa no logran convencer; pero, en cambio, apetecen imponerse por la
fuerza y exigen fe ciega y obediencia incondicional: el estado del pecado
incipiente. 3. La époça de la liberación, directamente del imperio de la au¬
toridad, indirectamente de la servidumbre del instinto racional y de la ra¬
zón en todas sus formas: la edad de la absoluta indiferencia hacia toda
verdad y del completo desenfreno sin guia ni dirección alguna: el estado
de la acabada pecaminosidad. 4. La época de la ciencia racional: la edad
en que la verdad es reconocida como lo más alto que existe y es amada
del modo también más alto: el estado de la justificación incipiente. 5. La
époça del arte racional: la edad en que la humanidad, con mano segura
e infalible, se edifica a si misma, hasta ser la imagen exacta de la razón
el estado de la acabada justificación y salvación.
(15) Véase BURDACH: Rennaissance. Reformation. Humanismus. Ber¬
lin, 1926, p. 25 y sigs. CHABOD: Il Rinascimento nelle recenti interpretazio¬
ni. «Bull. of the International Commitee of Historical Sciences» (1933).
(16) La noción de retorno al principio, al origen, que es el modelo,
intimamente enlazado con la idea de la Edad de Oro y el Paraiso perdido,
ha sido una fuerza espiritual e intelectual actuante bajo mûltiples for¬
mas y modalidades diversas en todos los tiempos y culturas. Eugenio d'Ors
ha escrito sobre ello páginas seductoras. La fe en la posibilidad de una
renovación en cualquier campo, sea el religioso, el politico, el institucional,
el literario, presupone—como escribe CHABOD—la firme convicción de que
en un momento dado de la vida de la humanidad, el ideal se ha realizado,
se ha revelado la verdad, y aquél y ésta son el modelo de vida, de orga¬
nización y de normas a que deben ordenarse y encaminarse el hombre y
la historia. La noción de Edad de Oro, de Paraiso perdido, gira en torno
a esta concepción, y de ella surge el doble imperativo de fe en el modelo
y retorno al principio y la utopia del Paraiso recobrado, latente y sin ce¬
sar renovada a través de los siglos en variedades numerosas de «joaquinis¬
mo». Véase H. GRUNDMANN: Studien über Joachim von Floris, Leipzig,
1927; E. BENS: Die Kategorien der religiösen Geschichtsdeutung Joachims,
«Zeits. für Kirchengeschichte», 3, Folge I, 1931, pp. 24-111, y Ecclesia spi¬
Max-Planck-Institut für
encias Morales y Politicas
Real Academia de Ci
europäische Rechtsgeschichte