ma no es algo imaginativo, fantástico o arbitrario; es como
bien sabéis, en sus lineas generales, la más exacta realidad
geográfica, politica y demográfica del dia.
Las nota.
Descartadas, pues, las notas superficiales de la Revolución,
profunda:
y localizada geográfica e históricamente hoy, en el àmbite
mundial, veamos sus notas profundas : segûn dijimos, una al¬
teración del ritmo histórico y una subversión del orden estable.
cido. Procede, pues, ahora, dibujar, disefar una forma histó¬
rica de conjunto, de desarrollo y substancialidad temporal,
con un orden jerarquizado y por consiguiente valorativo. Des¬
arrollo temporal y sustancialidad jerarquizada, son los ele¬
mentos fundamentales de lo funcional, de lo orgánico; hay
pues, que bosquejar los grandes organismos históricos que la
Revolución altera en su ritmo, subvierte, destruye y disuelve.
Para desarrollar el tema, en este sentido, y con la mayor pro¬
fundidad y extensión, se necesitan términos e ideas históricas
de la ultima y máxima categoria : la que voy a emplear, como
base de mi disertación, es la idea de Cultura.
Procede, pues, ahora, precisar algo este término de Cultu¬
ra ; pues seria imperdonable el presentar ante la Academia un
fácil panorama de sintesis histórica de superficialidad aparen¬
te, sin tratar de fundamentarlo con el máximum de profun¬
didad y exactitud de que soy capaz.
Genética de
Recordaré, pues, muy rápidamente la genética del concep¬
concepo d
cultura
to de Cultura, esta ûltima «Ideo-Mito», «Idea-Volumen» de
la historiografia moderna (sin que dé el epiteto «mito», un sen¬
tido peyorativo, sino al contrario, de eficacia ideográfica). EEl
carácter inicial de la idea de Cultura es puramente subjetivo.
«Cultura animi philosophia esty nos decia Cicerón, dando a
aquel término la acepción que tiene en «hombre cultivado»,
«hombre culto». Acepción subjetiva, que se va ampliando en
un sentido objetivo, de contenido ; y de la idea de la cultura de
una persona pasamos a la de «cultura matemática», «cultura
musical» de la misma. Pero a las acepciones de sentido obje¬
tivo se agrega ulteriormente una dimensión historica ; y se ha¬
bla de la Cultura de una época, de un periodo : de la Cultura
micénica, de la Cultura griega, de la francesa del siglo XVII, o
o la espanola del Siglo de Oro. Es en la segunda mitad del si¬
glo XVIII—recuerdo cosas harto sabidas—cuando se va des¬
arrollando más éste matiz historicista, como contrapartida a la
Max-Planck-Institut für
les y Politicas
europäische
echtsgeschichtt