o la ley del más fuerte. Pobres Derechos y Deberes del Hombre!...
El panorama que nos ofrece el mundo actual, con sus telones de
acero o de mimbres democrâticas, es bastante elocuente para con-
vencernos, si queremos abrir los ojos, de que sin Dios, sin una ver-
dadera Teologia y Filosofia cristianas, los Derechos y Deberes del
Hombre se evaporan, no tienen consistencia, y el hombre acaba por
ser un esclavo y la victima propicia de las más variadas tiranias,
que prevalecen en el mundo. Estuvo en lo cierto quien escribió: "E
negar los titulos celestes a las relaciones humanas, aunque parezcs
tendencia liberal, Ileva a una meta cavernaria. Porque si el hombre
no es imagen de Dios, y si las relaciones humanas no reciben la ins
piración divina del orden, fácilmente degeneran en el culto a la ley
del más fuerte y en la negación de la dignidad"
No es necesario anadir que nuestra posición es completamente
distinta, por asentarse en las verdades fundamentales de la Teolo¬
gia y de la Filosofia cristianas. Nuestro orden moral, nuestros De-
rechos y Deberes, la Ley y la Justicia están saturadas de la divinidad,
pues en la base de todo colocamos a nuestro Dios, creador y gober¬
nador del universo, sin cuya permisión no se cae una hoja del árbol.
Balmes, después de exponer su concepto de la moralidad, escribe
certeramente: "He necesitado de la idea de Dios, es cierto; porque
no concibo orden moral, en quitando a Dios del mundo. Sin la idea
de Dios, la moralidad no puede ser otra cosa que un sentimiento
ciego, tan absurdo en su objeto como en si mismo; la Filosofia que
no lo funde en Dios, no podrá llegar jamás a una explicación cien¬
tifica; deberá limitarse a consignar el hecho como una necesidad.
cuyo carácter y origen se ignoran del todo" (3). Nosotros creemos
en el providencialismo cristiano, que la misma naturaleza nos des¬
cubre, confirmando nuestra fe. Damos por indiscutibles estos postu¬
lados de la ciencia cristiana: Todas las Leyes, todos los Derechos
y Deberes nacen y se desarrollan en función del orden impuesto
por Dios, principio y fin de todas las cosas. Diré más: Todos los
Derechos y Deberes humanos nacen y se desarrollan en función de
la personalidad humana, del Hombre, hecho a imagen y semejanza
de Dios, naturalmente social, con una alma inmortal, y con desti¬
nos eternos.
(2) A. Ossorio, Derecho y Estado, pág. 19. (Madrid, 1928).
(3) Balmes, Filosojia Fundamental, lib. X, cap- 20, pág. 268.
Max-Planck-Institut für
Morales y Politicas
Real Aca
europäische Rechtsgeschichte