oido decir a nuestro nuevo companero—, respondiendo
en sus tomas de posesión a dos personajes de la misma
época, que remaron conmigo en la misma galera y que
fueron fieles a la figura nobilisima de aquel General Pri¬
mo de Rivera que, perspicaz y leal, sabia destacar y dis
tinguir los valores auténticos alli donde se hallaban, co¬
mo en el caso de Guadalhorce y Vallellano, o emular y
poner de relieve los méritos escasos de quienes, como yo,
los poseian en menor escala y procuraban compensar su
modestia con esa rectilinea adhesión que es mi ejecutoria
inquebrantable.
Uno y otro de los hombres a quienes me ha tocado el
orgullo y la honra de recibir y contestar en esta docta Ca¬
sa, fueron figuras ilustres de un tiempo ilusionado y di¬
choso. Guadalhorce, con la iniciación de una obra que la
brusca aparición de la Repûblica cortò cuando acababa
tan sólo de dar los primeros frutos, era figura en la que
se conjuntaban las mas altas sabidurias técnicas con una
capacitación politica de primer orden. No en balde habia
pensado el General Primo de Rivera en que le sucediese en
la Presidencia del Gobierno. De sus actividades ingenie¬
riles ya el nuevo companero nos ha hecho una sucinta,
pero acabada, relación que es exponente justo de una la
bor gigantesca. Aùn pudo serlo mâs si no se hubiesen cru¬
zado en el camino las circunstancias adversas que todos
conocimos.
En cuanto al Conde de Vallellano, es hombre de ca¬
acteristica lealtad. Entendâmonos: lealtad no es estatis¬
mo infecundo, sino ecuación moral. No existe una lealtad
matematica, ni un orden politico estatico. Los astros, que
parecen inmutables en su fijeza, se mueven siempre. Lo
que importa es la fidelidad a la órbita, el no salirse de ella,
ni abandonándola ni desdiciéndola. Y éste es el caso de
Vallellano. Alcalde de Madrid en los tiempos de Primo
de Rivera, cargo al que accedió después de haber sido di
putado maurista y miembro de la Comisión Parlamen
taria de Gobernación en 1920 y Director General de Pri-
mera Ensenanza en 1921. En todos estos cargos, como en
los que ha ocupado después, ha sido siempre el mismo,
Max-Planck-Institut für
encias Morales y Politicas
Real Acad
europäische Rechtsgeschichte