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aparecerâ netamente subrayado el recelo por la técnica; se com¬
probara que la técnica es un arma de dos filos y que debe ser
vigilada y regulada de tal suerte que sólo sea aprovechable cuando
realmente conduzca a beneficiar al ser humano individual y a la
sociedad humana en conjunto.
Progreso social o retroceso social?
Desde este punto de vista, mucho de lo que hoy aparece
como progreso social sólo representa, en realidad, un lamenta¬
ble retroceso. Es retroceso cuanto tiende a estimular en el traba¬
jador su conciencia de clase y su tendencia materialista; cuanto
lleve a hacerle creer que la mecanización de su vida puede redun¬
dar en pro de su bienestar y del desenvolvimiento de su personali¬
dad humana; cuanto le incite a ver en la lucha de clases y en la
oposición de intereses la solución de sus problemas. Es retroceso
cuanto suponga empobrecimiento y degradación de las clases me
dias cultas, que son en la época presente las guardadoras y acrecen¬
tadoras del tesoro espiritual de las naciones. Y es retroceso social
quiar a los pueblos haciéndoles confiar excesivamente en la potencia
del Estado y buscar su felicidad en los esfuerzos colectivos de orden
puramente técnico.
No cabe duda de que la actual sociedad no puede ser gober-
nada en absoluta y franca oposición a sus tendencias y de que nin¬
gun Gobierno podria sostenerse yendo a contracorriente de las ne¬
cesidades y apetencias de la mâsa. Hay que aceptar, por tanto,
una relativa dosis de preocupaciones de gobierno de carâcter ma¬
terial. Por otra parte, ahora, y siempre habrâ un sector mayor o
menor de seres en penuria a los que se debe proveer de unas con¬
diciones minimas decorosas de existencia; y existe, asimismo, un
problema de equidad y de justicia social que obliga a efectuar una
mejor distribución de la riqueza producida...; mas para que todo
ello implique progreso social no debe contradecir las normas antes
indicadas y debe estar, ademâs, basado en el supuesto de que no
resuelve la cuestión de fondo de que la sociedad sea una sociedad
de hombres y no de mâquinas, y de que no sea una sociedad en
pura lucha, sino en armónica y pacifica convivencia.
Max-Planck-Institut für
prales y Politicas
europäische Ri
htsgeschichte