Media, hoy no podria ser admitido con probabilidades de éxito;
lo mas probable es que se convirtiera en un campo de batalla de
intereses contrapuestos y de rencillas profesionales. Los gremios
de la Edad Media se hallaban transidos del espiritu de concordia
y de buena voluntad, que nacia de considerar el aspecto material
de la profesión meramente secundario y de no poner en él ambi¬
ción de lucro. Eran organizaciones de hombres en los que los fac¬
tores religioso, artistico y moral influian mucho más que el factor
econômico y ambientaban su conciencia profesional con problemas
de conciencia, de dignidad y de desinterés, que hoy estarian des¬
graciadamente ausentes de toda organización corporativa.
Es, por tanto, inevitable ponerse como primer problema de la
sociedad actual la transformación del hombre; es en el hombre, en
su intimidad profunda e insobornable, en donde hay que hacer
reaccionar el mundo moral, que es un mundo de conciencias indi¬
viduales y libres, que debian haber servido de base a la organiza¬
ción social, y que tendran que determinar, en un futuro mâs o me¬
nos remoto, la forma de convivencia de una sociedad de seres
humanos que no pueden ser encuadrados en las categorias de es¬
quemas de los naturalistas. El problema exige una acción educa¬
dora demasiado lenta; una obra de siglos ya se ha dicho que no
puede rehacerse sino con mucho tiempo; pero descubrir el caminc
y comenzar a andarlo es iniciar ya la reconstrucción. En conse
cuencia, lo que nos toca hacer a quienes nos corresponde ese tipc
de preocupaciones es dibujar una meta certera que vaya articulando
la minoria de conciencias a la que toca ir creando los nuevos rum¬
bos. Los cambios de orientación social se han producido siempre
por capas de cultura. Aun en este periodo de triunto de las ma¬
sas y de soterramiento airado de todo lo individual y auténtica¬
mente vivo y fecundo, es a la minoria estudiosa a la que incumbe
aclarar nuevos horizontes; con el tiempo la masa seguirâ, como
siguió, desgraciadamente, en el siglo pasado y en lo que va del
actual, a la minoria exploradora del siglo XVIII. Y cuando la
nueva idea de la sociedad de hombres no materialistas se haya pro¬
pagado suficientemente surgiran nuevos métodos de conocimiento
de los problemas humanos y nuevas formas de organización de los
hombres en sociedad. Y en esa forma de organización del futuro
Max-Planck-Institut für
Real/
rales y Politica.
europäische R
itsgeschichte