REPRESIÖN
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gunos que dén muy jóvenes su primer paso en la
carrera del vicio ; habrá otros que lo retarden muche
mas. No hay, pues, una regla general.
FERRI sostiene su proposición con datos estadis¬
ticos escrupulosos; pero bien examinados ellos, no son
concluyentes y más aun, no dán base siquiera para
un criterio aproximativo.
Estudia, en efecto, el cuanto por ciento de los con¬
denados son menores de veinte anos, y encuentra que
el máximun está en Inglaterra (27, 4) y el minimun
en Prusia (2, 8). La primera observación que se pre¬
senta es que no es de rigor que, bajo todas las lati¬
tudes y en todos los climas, la precocidad se eleve
hasta la edad senalada por el distinguido criminalista
italiano. El desarrollo corporal é intelectual no es
idéntico en todas partes. Aqui causará profundo
asombro un hecho ejecutado por un nino de diez
anos y alli será la cosa más natural y corriente. En
la Repüblica Argentina vemos en los Colegios y Uni¬
versidades, jóvenes que afrontan los más arduos pro¬
blemas cientificos á una edad en que en muchos Estados
europeos están los ninos recien en las escuelas prima¬
rias. Dentro de cada estado, de cada provincia, de cada
ciudad, el desarrollo varia, y un individuo puede ha¬
ber llegado á los diezy ocho anos á ser un hombre, es
decir, á ser “ todo lo hombre que será en esta vida",
segun la espresión de un eminente critico espanol,
mientras que otro estará en plena evolución de desen¬
volvimiento.