REPRESIÖN
habla pensado en el establecimiento del gobierno ni
en los árduos problemas religiosos y solo se ocupaba
en la satisfacción de sus necesidades fisicas, de esas
exigencias imperiosas que la naturaleza nos ha im¬
puesto con la más severa de las sanciones ; en ese
tiempo à que la historia no alcanza, pero que es reve
lado por la razón y por los hechos, es natural supo¬
ner que todos aquellos actos contrarios á las tenden¬
cias ó à los deseos de los elementos constitutivos de
las primeras familias, grupos ó tribus, provocaran
una reacción inmediata por parte de los damnificados
y dieran lugar à una lucha, que en ultimo resultado
debia terminar por el triunfo del más fuerte.
Pronto debió comprenderse, no obstante, que esta
reacción inmediata del lesionado contra el actor y la lu¬
cha que era su consecuencia, creaban un despotismo
bárbaro, en que los más débiles estaban espuestos à los
caprichos instintivos de los más fuertes y en que la vida
misma era juguete de estos caprichos, sin que pudiera
oponerse un dique bastante poderoso à los avances
de los que, sin ley y sin sentimientos humanitarios,
solo trataban de dar pábulo á sus miras egoistas, üni¬
cos móviles de la conducta en los tiempos primitivos.
Entonces fué que la reacción se difirió y el ofendido,
en vez de obrar instantáneamente, comenzó à buscar
la ocasión propicia para perseguir al ofensor; entón¬
ces fué que germinó ese sentimiento de la venganza
privada, que, como espone PUGLIA, por la trasmisiön
hcreditaria se conserva aun en los hombres mâs ci¬