— 67 -
is en esa ley, como acrtadamente obsorté en
Cémara de Dijputados un distinguido orador
clerical¬
Al rededor del divorcio se produce siempre
qucha alarma; sus adversarios no desmayan ni pier¬
den nunca la ocasiön de emplear toda clase de ar¬
cumentos para combatirlo. Utilizando la ceguera
intelectual de ciertos grupos sociales, lo hacen apa¬
recer como una especie de mônstruo, armado de
garras potentes, destinado à vivir en la sociedad
envenenando las más puras afecciones de l.
familia.
Sin embargo, cuán distinta y noble es su
misión!
Con el divorcio sucede lo que con las grandes
obras ó acontecimientos, se les ataca primero para
aplaudirlos después, eso fué lo que pasó con la Revo¬
lución de Mayo, la más grande por sus miras que se
haya producido en el presente siglo;—ese patriótico
movimiento que libró del oprobio y de la vergüenza
à medio continente americano, fué anatematizado
por el Papa León XII, que hablaba segun él, en
nombre de Dios y de la libertad humana.
La abolición de la esclavitud en el Brasil, el
sistema republicano mismo, han sido vituperados
por espiritus refractarios; en fin, todo lo grande,
10 hoble y lo bueno, tiene siempre adversarios de
ocasion.
Ei divorcio, como ley social no podia escapar à
esta regla general, la guerra que se le ha hecho
na sido tremenda, pero como él encarna una ne¬