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El comercio maritimo concurre à la prosperidad general,
á la civilizacion y á estrechar asi mas y mas las relaciones
entre los pueblos.
Pero el comercio maritimo, como todo el comercio, se
mueve por medio de aquella fuerza motriz del progreso¬
el crédito.
Sin el crédito que es el alma del comercio en general,
las industrias se estancan, los elementos del engrandeci¬
miento de las naciones no terminan su gran obra, el mo¬
vimiento universal que prepara la prosperidad general, no
prosigue su marcha de triunfo, y todo se reduce á una
paralizacion completa, sino es el influjo de aquel poderoso
motor de las transacciones humanas.
El crédito, he ahi á este rey del mundo, este coloso de
la humanidad, que con su aliento de gigante impulsa al
comercio maritimo á sus grandes destinos.
El comercio maritimo no tendria el vuelo que actual¬
mente tiene, que hace contemplar ese espectáculo soberbio
de los rios y mares surcados en mil direcciones por los bu¬
ques á vapor, esos vehiculos que llevan á las partes todas
del mundo los frutos del progreso, el bienestar individual,
la prosperidad general, sino fuera el impulso poderoso
del crédito que opera todo ese grandioso movimiento, es¬
tableciendo asi la comunicacion de ideas entre las nacio¬
nes y estrechando los fuertes vinculos de la amistad entre
los pueblos que forman la humanidad.
He ahi el rol importantisimo que el crédito juega en el
comercio en general, y en particular en el maritimo.
Pero el crédito es de dos clases, crédito personal, cré¬
dito real.
El crédito personal no es el mas á propósito para el
comercio maritimo.