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desconoce las razones dadas al principio de este
capitulo, razones que hacian descansar la propiedad
en las multiples necesidades y aspiraciones huma¬
nas y en ese derecho primordial tan comprensivo
de otros ménos importantes como inseparable del
individuo, y que llamamos personalidad.
Fuera de nuestra teoria es inûtil buscar el fun
damento de la propiedad. Se dice que la funda
el trabajo, pues este nos pertenece y por lo tanto
su resultado, pero « porqué ambas cosas? No hay
otra respuesta, sinó, por el derecho de personalidad.
Si aceptáramos la doctrina de Thiers, iriamos
forzosamente à esta consecuencia; que el inválido
no podria adquirir lo necesario para vivir, care
ciendo de la aptitud necesaria para trabajar, ó me
jor dicho, jamás podria adquirir propiedad alguna,
encontrándose la razon de ésta en el trabajo,
pues le seria imposible ejercitarlo. No se diga à
esto que por médio de la donacion podria llegar à
obtenerla, porque seria argumentar con un sofisma.
En efecto, si yo doy á un inválido una casa, él no
podria hacerla suya jamás, porque le falta la ponten-
cialidad para hacerlo, sin bastar como razon justi-
ficativa mi derecho de propiedad que me permite
trasmitirla gratuitamente. Es necesaria la capa¬
cidad por su parte y esta no existiria, faltando el
poder de trabajar
Esta objecion sin respuesta no tiene lugar contra
nuestro sistema. Yo puedo, segun él, donaresa casa
à cualquier persona, aun cuando, como en el caso