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ser comun. Sean comunes, pues, los bienes, comunes.
las mugeres, comunes todo género de cosas.» Esa es,
ni mas ni menos, la consecuencia fatal de todas las
teorias contrarias á la actual constitucion de la pro¬
piedad.
He dicho que á este siglo tocó en suerte bregar por
su destruccion, apesar de existir antes prácticas y
legislaciones contrarias á ella, porque recien en este
se ha tomado como lema de partido el combatirla
y porque en tiempo de Licurgo, de Minos y de Platon
no existia bien definida y consolidada como ahora,
siendo sus mandatos legislativos y sus reformas,
efectos de la confusion y del arbitrarismo en las
ideas.
Los sistemas contra la propiedad, originados en
la Edad Moderna, son resultados de las luchas po
liticas y religiosas que conmueven el organismo de¬
los Estados y sacuden los instintos revoltosos de
tribunos sin conciencia ó de regeneradores ilusos.
Los predecesores de la revolucion francesa arroja-
ron los gérmenes del comunismo 0 y Considerant,
Proudhon, Luis Blanc y sus secuaces fueron lógicos
con la filosofia de sus maestros. Esta negaba la
Providencia, las altas ideas morales, predicaba má
ximas desquiciadoras del orden social, pasaba de
largo ante la virtud y se declaraba cómplice de un
movimiento insensato contra la familia, contra el
(1) Rousseau decia que la propiedad era fuente de todos los de¬
litos, madre de todos los vicios, causa primera de todas las mise¬
rias.