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desinitivamente à aparecer la civilizacion helénica.
La historia de sus dioses y héroes encerrados en mi¬
tos y fâbulas, no es desvario ni antojo de la fantasia más
o menos exagerada de los griegos; los descubrimientos
modernos de Troya y de otros más antiguos monumen¬
tos, nos ensenan que en esos mitos y en esas fábulas
se encierra su historia toda, los primeros pasos de ese
pueblo siempre joven, siempre fuerte, las vicisitudes
porque tuvo que pasar ese pais antes de llegar á ser la
admiracion del mundo entero.
Dividida la Grecia en pequenas ciudades poco distan¬
tes unas de otras, la legislacion de la propiedad sué muy
diversa, puesto que libres, y con sus leyes, jefes, usos y
costumbres particulares, en unas existian los bosques
comunes, otras solo conservaban lo necesario para el
alimento de los individuos, y en algunas finalmente apa¬
recia la propiedad privada en campos y huertas.
Sus pequenas repûblicas, interesadas todas en las
guerras externas, se sostenian libres é independientes, sin
dejar que ninguna de ellas sobrepujara à las otras. Solo
Esparta, Tebas y Atenas llevaron por algun tiempo la
preeminéncia. Esparta era regida por reyes y un senado
compuesto de veintiocho miembros que tenian autori¬
dad legislativa y ejecutiva. Su forma oligárquica de go¬
bierno ahogó todo espiritu elevado, todo ánimo esfor¬
zado, y en medio de los estragos que causó à la Grecia
su politica mezquina y rastrera, cayó para siempre con
sus reyes y jueces, vencida por si misma. Teseo dividió
à Tebas en nobles, ricos artesanos y labradores, dan¬
do à los primeros todos los cargos civiles. Despues de
algunos chispazos de gloria y fortaleza, cayó en manos
de Alejandro, quien dividió sus tierras entre los aliados.