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te minima de la sociedad en perjuicio de la gran
mayoria. Necesariamente debe optar por el segun-
do desde que beneficia á toda la sociedad sin per¬
judicar gravemente los intereses de las empresas
que sólo tendrán que aumentar infimamente los
gustos de explotación, que á su vez se compensa¬
rin con el aumento de entradas, consecuencia del
mayor movimiento. « La explotación de caminos
de hierro, como ha dicho un distinguido aboga¬
do francés, no es una industria comûn, ella
estä ligada por mil vinculos á los intereses más
vitales del pais. En casi todos los paises del mun¬
do y aun en la Repûblica Argentina, esta indus¬
tria no es enteramente libre y es objeto de con¬
cesiones por las cuales el Estado ó las autorida¬
des provinciales, delegan, en las companias un
verdadero servicio pûblico, cuando no se encar¬
gan de llenarlo por si.
«En lo que se refiere especialmente à los pla¬
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de trasporte, estos están fijados, en casi to¬
dos los centros civilizados por la ley ó por re¬
glamentos dictados por las autoridades compe
tentes en virtud de ley.»
M. Luis Babinet.