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feoria de la diversidad de causas, siempre estaria
en pié la afirmación del escaso nûmero en que el
hombre pobló la tierra, allá en los remotos tiempos
de su aparición en el planeta; y asi, en la propor¬
cion de su existencia con la amplitud de su teatro
y la enorme abundancia con que la creacion le
brinda sus variados frutos, en notable exceso para
la satisfacción de sus limitadas necesidades, poco
diferentes de las de las bestias, cruza su primer
periodo sin ejercitar otro medio econômico que la
aprehensión.
Pero la multiplicación y el ejercicio, en conse
cuencia, de la vida de relación, uniéndose à la
observación de la naturaleza, producen el primer
despliegue de sus facultades, envueltas y ahoga¬
das por el apetito y la sensación: el hombre dis-
curre, se observa, se compara; adquiere la nocion
de la continuidad de su existencia mediante la
satisfacción de las necesidades, y éstas, à su vez,
las multiplica para mejorar aquélla, porque tiene
memoria del goce y anhelo de reproducirlo y au¬
mentarlo. Entonces la fuerza individual no basta;
la extensión de la potencia propia no alcanza los
Imites de las necesidades y las concepciones pro¬
pias también, y dos nuevos fenômenos se obser¬