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encontrar por si solo remedio à tales desgracias.
con qué facilidad, repito, se veian de un momento
à otro en la ruina muchas familias y trastornados
los principales factores del progreso tales como la
industria y el comercio.
Es precisamente ante la consideracion de estos
grandes y gravisimos males que resalta de suvo la
utilidad del seguro, si tenemos en cuenta, que la
mayor parte 6 todas estas fatales consecuencias.
pueden evitarse, sino en todo, al menos una gran
parte de ellas, adoptando como accesorio de nues¬
tras transacciones el contrato de seguro.
En ninguna época, podemos decir se han reali¬
zado mayores bienes, se ha dado mayor impulso al
comercio, ha tomado mayor incremento la indus¬
tria mancomunandose empresas colosales y de gran
nombre, sinô cuando el seguro en todo su apogeo.
se presentaba al mundo desafiando cuanto riésgo
pudiesen correr no solo, los objetos materiales que
constituyen la propiedad individual, sinó tambien
sus derechos y hasta la persona misma garantién¬
dolos contra todo evento capaz de producir un da¬
no o una pérdida y estendiendo aun mas su esfera
de accion, hasta afianzar la esperanza legitima de
obtener algun lucro.
Antes de la introduccion de este contrato, gran
des à insalvables eran las vallas que se oponian al
desurrollo del comercio, tanto terrestre, como mari¬
timo. jumis hubiora llegado al grado de adelanto
on quo lioy lo vomios, habientlose estacionado en
aus primoros rudimentos y amparandose on las pri-
itivas forinas que lo sorvian do punto de partida,