21
nuan en la actividad general. Sucede con ellas lo
que çon los seres del mundo orgánico en estado
de desárrollo: desempenan funciones con el doble
objeto de perfeccionar su organismo y mantener
las funciones vitales, y asi como en los se¬
res vivos esta multiplicidad de fines hace precaria
su existencia, asi nuestras industrias están sujetas
á serias perturbaciones por causas aparentemente
pequenas.
Pero aun hay mas; no sólo nuestras indus¬
trias son nuevas y nacientes: nuestras fundamen-
tales instituciones y las leyes que presiden la
actividad éconómica del pais también lo son.
Unas y otras han nacido ayer, muchas no son
sinó bruscas aclimataciones, transplantes apresura-
damente hechos ante la necesidad de satisfacer
esa sed de progreso, de crecimiento, diriamos aun
de figuración que es el grande anhelo de los
pueblos y de los individuos jóvenes. De sübito,
puede decirse, nos despojamos de la tûnica colo¬
nial y del mismo modo hubimos de vestirnos con la
dignidad que el nuevo estado reclamaba; al mismo
tiempo el siglo XIX asombraba al mundo con sus
progresos materiales y sociales que debiamos
también adquirir apresuradamente, toda vez que
el régimen colonial nos habia impuesto una vida
de aislamiento que nos sustraia á todo progreso y
nos mantenfa en una atmósfera rarificada y poco
propicin para alcanzar sin saltos y violentamente
que el viejo régimen tin
de
ral
el nivel gen