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El mismo autor hablando de Caton el jóven re¬
lata lo siguiente:
Caton transportó de Chipre 7000 talentos, y
como temia los peligros de una navegacion tan lar¬
gu, traté de prevenirlos haciendo construir varias
pequefias cajas conteniendo cada una de ellas dos
talentos quinientas dracmas. Cada una era tomada
por una cuerda de grandes dimenciones, en cuyo
estremo Ilevaba un corcho de manera, que aun
cuando el buque naufragase los pedazos de corcho
flotasen indicando el lugar donde se encontraban
las cajas.
Si el contrato de seguros hubiera existido en Ro¬
ma, en tiempo en que vivian los dos Catones, no
hubiera habido necesidad de recurrir à los espe¬
lientes usados por los Catones para précaverse
contra cualquier siniestro de mar.
Si hubiera pues existido este contrato, no hu¬
biera puesto en práctica la flotilla de salvataje que
habia organizado Caton el jöven.
Lo que es sorprendente dice M. Lehir (en journ.
de L'Assureur y de L'Assuré et. 1%, Introduccion)
es, que la legislacion, las deliberaciones de la liga
Anseática son absolutamente mudas sobre el con¬
trato de Seguros.»
« Pucde ser, dice (Pardesus t. 11 p. 250) que el
curâcter azaroso del contrato de seguros se aco¬
moduba poco con el espiritn positivo de aquella
época, me atreveria à decir rutinario de la liga