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para reprimir los extravios del sentimiento. Indis¬
pensable es, por lo tanto, para hacer posible la vida
en sociedad, echar mano de algûn prooedimiento
por el cual se encadenen las voluntades individua¬
les, de modo que no puedan ultrapasar los limites
de su derecho. El medio empleado para conseguir
este resultado, es la formación de un Gobierno, de
un poder superior, representante de las fuerzas
de todos los asociados, encargado de senalar los
limites del derecho de cada uno y de forzar à los
individuos à no salir de esos limites. El Gobierno,
es, entonces, una institución, hija de la imperfección
humana, cuyos objetos son, dictar la ley, es decir,
demarcar el derecho, supliendo asi la falta de inte¬
ligencia de los hombres, y asegurar el cumplimiento
de aquélla por medio de la fuerza que encamina y
corrige las voluntades desviadas.
El campo de acción deslindado y protegido por
la ley, es el derecho positivo.
El poder de desenvolver y ejercitar las facul¬
tades bajo la protección de la ley, es la libertad
civil.
Dando esto por sentado, pasemos á averiguar
hasta dónde debe de ir la acción del Gobierno,
qué movimientos del hombre han de ser objeto