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septentrion; en el segundo las que segun los astrónomos se hallaban en el
zodiaco, ó en aquella banda que segun los griegos era cuemo lengua
que estaua presta con la parabla pora dar alma á cada cosa
segund la conuenga et que sea apareíada para rescibirla; y en el
tercero de las estrellas, de la parte meridional, muchas de las cuales non
parescen complidamientre mas que en aquellos logares de la tierra
poco poblados, que son los muy acercados al polo miridional.
Este trabajo descriptivo y detallado en cada una de las constelaciones
tiene dos partes. En la primera se reunieron rectificados todos los datos
numéricos referentes á los lugares de las estrellas, segun los catálogos que
se decia habian sido escritos y calculados por Abrachis ó Hiparco, Ptolo
meo y por otros escritores orientales, hebreos y caldeos antiguos, y árabes
de Occidente mas modernos, para concluir el catálogo estelar que llamaron
Alfonsí.
La segunda parte, al tratar de cada una de las constelaciones, en lo
general. fue descriptiva de las figuras que los sábios antiguos habian creido
ó fingido creer existian en la octava esfera de los cielos, ilustrándola en
castellano con notables preceptos y opiniones. Este fue tambien el trabajo que
mas principalmente concluyó el Rey D. Alfonso, haciendo patente en esta
parte de sus libros su habilidad especial en el lenguaje, y legando á la pos
teridad, pruebas de lo que fué su ilustracion, con preceptos como filósofo,
con descripciones de naturalista y con exactas opiniones como físico; no
siendo menos apreciables las últimas, que los conocimientos que en varios
lugares de los libros del Saber de Astronomía escribió aquel Rey, como
mecánico, como matemático y como astrónomo.
Verdad es que en la descripcion de las constelaciones redactada por
D. Alfonso, existen frases y breves períodos de astrología judiciaria. Pero
sobre este punto, que alguno pudiera considerar como defecto de la ilus
trada inteligencia y preocupacion incomprensible de la mente de aquel Rey,
conviene recordar las frases que se leen en sus Códices, diciendo:
«Et toue por bien poner aquí todas las opiniones astrológicas antiguas
de Hermes, Ptolomeo, Albatenio, Aben Moat, Abulmassar, Abuiz-hac-Azar
quiel, et los otros sabios de esta sciencia, porque fuese este mi libro mas
complido, et porque non semeíase que lo lexaba por pereza..... Et tú escoge
en estas opiniones sobredichas lo que te semeíar meíor.»
Además, en la parte astrológica de la descripcion de las constelacio
nes, segun la redaccion que la dió D. Alfonso, sin olvidarse de la protesta
anterior, su pluma parece que respeta las opiniones admitidas por su siglo,
y tradicionalmente trasmitidas de las edades mas antiguas, pero con la
condicion de que siendo la astrología judiciaria hija de la imaginacion
y del deseo, y por ello eminentemente poética, podia servirle para embe
llecer, con singular elegancia gramatical y filosófica, los finales descripti¬