IV.
Una vez espuestas las consideraciones anteriores sobre la historia antigua
de la astronomía castellana, refiriéndonos tan solo á las tablas astronómicas,
pasaremos á hacer algunas reflexiones sobre el segundo códice llamado el
Del saber de Astronomía, que mandó escribir en Toledo el mismo Rey, y
en el cual se trató con singular maestría de las prácticas y de los instrumen
tos que se conocieron en la edad media para estudiar los cielos.
Estas reflexiones podríamos verificarlas comparando el Códice Alfonsí con
los tratados cosmográficos del inglés Sacrobosco, y con las obras de los dos
ó de uno de los Gerardos de Cremona, á quien cita el Rey D. Alfonso entre
los astrónomos cristianos de cuya ciencia se ayudó en Toledo para redactar
sus códices astronómicos. Ampliando aún mas las comparaciones referidas nos
hallaríamos muy pronto con las obras de Bonati, que como las del citado Ge
rardo de Cremona se dicen escritas por orden del emperador Federico II, con
los libros del matemático y astrónomo Campano de Novara, á quien sostuvo
animosamente en sus estudios la gran ilustracion del Pontífice Urbano IV, y
con las obras de Holagú ó Ilekánicas, redactadas en Persia por el astróno
mo Nassir-Eddin, que son los códices que se suponen escritos sobre la cien
cia de los astros en el trascurso del siglo XIII, tanto en Europa como en lo
restante del mundo entonces conocido.