Tésis: Necesidad del poder real en el régimen parlamentario

Sánchez de Toca, Joaquín; Pidal Mon, Alejandro

Bibliographic data

Monograph

Author:: Sánchez de Toca, Joaquín

Other person:: Pidal Mon, Alejandro

Title:: Tésis: Necesidad del poder real en el régimen parlamentario

Subtitle:: Discursos de recepción del ... Joaquín Sánchez de Toca, y de contestación del ... Alejandro Pidal y Mon, leidos en la junta pública de 11 de mayo de 1890 ; 11.05.1890

Responsible:: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Place of publication:: Madrid

Publication year:: 1894

Scope:: S. [329] - 391

Resource:: Discursos de recepción y de contestación leidos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ; 5

Keyword:: |monarquía parlamentaria / república / institución monárquica / parlamentarismo presidencial

Language:: Spanish; Castilian

Free text:: Como el propio título del discurso señala, el tema central que trata el señor Sánchez de Toca es la monarquía parlamentaria. Comienza su discurso con unas líneas sobre la tradición y la herencia monárquica de España y cómo esa herencia ha formado el estado y el gobierno tal y cómo es al fin del siglo XIX. Con esta idea como base, a continuación hace una crítica del régimen parlamentario republicano simplemente respondiendo a la pregunta de si sería posible que esta forma de gobierno pudiese darse en nuestro país. Su argumentación comienza por decir que las naciones no son homogéneas sino que están compuestas por individuos de diferente condición, se refiere fundamentalmente a dos grupos, gobernantes y gobernados, o lo que es lo mismo, poseedores de formación política y no educados políticamente. Los gobernados, que son la mayoría, lo que él llama las masas, al carecer de dicha formación, no comprenden de igual manera las abstracciones de la política, pero sí comprenden las instituciones más parecidas o cercanas a su condición de ser humano. Es en este punto dónde el valor simbólico de la monarquía juega un importante papel, ya que permite que la institución política pueda ser comprendida, y por ello aceptada, por todos. Es por tanto el principio monárquico el instrumento para el entendimiento de ambos grupos en los gobiernos de régimen parlamentario. La forma en que gobernantes y gobernados perciben la institución monárquica es diferente. Los gobernados perciben el poder del rey, donde descansa el principio de autoridad, lo que significa que el valor simbólico del monarca consiste en ser percibido como la representación personificada del Estado y como instrumento de gobierno, favoreciendo por tanto la obediencia y el acatamiento político de la sociedad. Por tanto dejar el sistema parlamentario sin rey, como defienden las teorías presidencialistas, sería privar de instrumento de gobierno a los ciudadanos, ya que es a través del rey que las clases populares entienden el funcionamiento del régimen parlamentario. Los gobernantes perciben la monarquía como un poder igual al Parlamento, que sirve con sus decisiones para el funcionamiento del mismo, y como ejemplo a esta afirmación, pensemos en la prerrogativa regia de disolución de las Cortes. Comienza aquí la crítica directa a la línea presidencialista que está adquiriendo fuerza en la época, dentro de los gobiernos parlamentarios, que defiende la sustitución del rey por un presidente elegido, ya por las Cámaras, ya por plebiscito, entre los candidatos presentados por los partidos. La opinión del académico es que, al no estar investido de la garantía del principio hereditario, éste presidente sólo puede ser un muñeco en manos de los partidos o un ser autócrata y despótico que maneje la política de forma arbitraria. Su reflexión final es que esta forma de gobierno ataca el centro del propio sistema parlamentario, que ya por méritos propios se encuentra en crisis, más que el principio monárquico, ya que tiende al poder autoritario de un solo gobernante, con la garantía, en este caso agravante, de haber sido elegido mediante sufragio universal. Con todo esto la conclusión es que el sistema parlamentario necesita el apoyo de la institución monárquica y ambos han de ir necesariamente unidos para el buen funcionamiento democrático. La contestación del señor Pidal y Mon insiste en el principio hereditario como aval de que la monarquía es una institución natural y por tanto ahí es donde reside su legitimación y autoridad, y más tarde o más temprano las tendencias presidencialistas en boga acabarán por extinguirse en sí mismas. Abunda en la función simbólica del rey, mediante la cual aglutina a las diversas partes que componen la sociedad. Como conclusión establece el académico la necesidad de la existencia de la institución de la Monarquía en la historia, surgimiento y desarrollo a los que alude durante toda su participación, para el normal desarrollo de las naciones. La monarquía significa para los pueblos unidad religiosa, política y social, garantiza la unidad nacional.

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2. Discurso

2.1. Reseña del académico anterior

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