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ción de la propiedad privada, sino, por el contrario, en
hacerla llegar en sus formas cada vez mås variadas, hasta
los mås humildes.
Es evidente que nuestra constitución agraria es de-
fectuosa y constituye un serio peligro. Si se quière
oponer un valladar a los delirios comunistas, es preciso
facilitar la propiedad al mayor nûmero y que no sea
privilegio de una minoria.
O la economia agraria espanola se transforma, me-
diante el establecimiento de una clase numerosa de pro-
pietarios cultivadores y la desaparición de ese proleta¬
riado rural sin vinculo alguno con la tierra, de la que
está en absoluto desposeido, o, en plazo mas o menos
breve, la organización revolucionaria se habrà enseno-
reado de los campos.
Los que, extraviados por un interés mal entendido,
se oponen a toda limitación razonable del derecho de
propiedad, lejos de ser sus defensores, son en realidad
sus peores enemigos. Y, como dice el ya citado senor
Jordana, "si el Poder legislativo no se hace cargo de la
situación, y perdiendo el tiempo en discusiones inüti-
les, cuando no perjudiciales, tarda en resolver los pro¬
blemas de la tierra, es muy probable que el remedio
no Ilegue con oportunidad, y los que, por inercia moral
o por ignorancia de los tiempos en que viven, estorban
la acción encaminada a satisfacer lo que cristianamente
nunca se debió olvidar, perderán mucho más y contri-
buirán a poner en grave riesgo la paz y prosperidad de
nuestra Espana.
Sólo es respetable lo que es justo, y nada más opuesto
a la justicia que dar carácter absoluto e independiente
de cuanto atane al bien comûn a un derecho que, por
su naturaleza, no puede ni debe subsistir sino en plena
armonia con el interés social.
Creo sinceramente que nuestro nuevo companero, al
consagrar su esfuerzo, sus envidiables dotes intelectua¬
les, al estudio de este grave problema, presta un servicio
a su pais y contribuye eficazmente al esclarecimiento
de fenómenos sociales del más alto interés.
Y en nombre de nuestra Real Academia, y después
de felicitarle como se merece, me es muy grato darle la
mås cordial bienvenida.
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Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte