Full text: Alonso Martínez, Manuel: Nocion del estado

FILOSOFIA DEL DERECHO. 
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§ IV. 
La teoria individualista, sobre la nocion del Estado, se divide, 
como sabeis, en varias ramas, cada una de las cuales tiene un 
punto de vista especial; pero si varian en cuanto al procedimien¬ 
to que emplean, y aun respecto à la base de que parten, coinciden 
en el resultado final, de manera, que aunque el camino sea dife¬ 
rente, el término es idéntico. 
Acabamos de ver cómo Krausse y sus discipulos hacen del Es¬ 
tado un sér inerte, sin iniciativa propia, completamente extrano 
à la Religion, à la moral, à la ciencia, al arte, à la industria y al 
comercio. 
A su vez la escuela economista discurre de este modo. La so¬ 
ciedad es un hecho natural y se mueve, como la tierra, en virtud 
de leyes generales preexistentes; no existe, pues, propiamente 
hablando, una ciencia social, sino sólo una ciencia econômica que 
estudia el organismo de la sociedad y la manera como ésta fun¬ 
ciona. 
Los hombres se reunen obedeciendo al instinto de la sociabili¬ 
dad. Y cuàl es la razon de ser de este instinto? Las necesida¬ 
des que sienten y que les ocasionan goces ó sufrimientos, segun 
que las satisfacen ó no. 
Reunidos por el instinto de la sociabilidad, se establece entre 
ellos, por el impulso del interes, una cierta division del trabajo 
seguida necesariamente de cambios, fundándose asi una organi¬ 
zacion, mediante la cual el hombre puede satisfacer sus necesida¬ 
des mucho mas completamente que lo haria si viviera aislado. 
El objeto de la sociedad es por tanto la satisfaccion de las nece¬ 
sidades del hombre; el medio, la division del trabajo y el cambio. 
En el nûmero de las necesidades del hombre, se cuenta una de 
una especie particular y que representa un papel inmenso en la 
historia de la humanidad, la de la seguridad. 
Los hombres, ya vivan aislados ó en sociedad, están ante todo 
interesados en conservar su existencia y el fruto de su trabajo; y 
como el sentimiento de la justicia es débil, y desde el origen del 
mundo, desde Cain y Abel, se han cometido innumerables aten¬ 
Max-Planck-Institut für 
Politicas 
päische Rechtsgeschichte
	        
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