DISCURSO
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La disciplina del ejército era increible. Se vió muchas
veces à los generales diezmar las tropas derrotadas, y
despues de tan crudo castigo volver con ellas à nuevo
combate.
Annadamos à todas estas virtudes la prudencia y cons¬
tancia del Senado: anadamos la sabiduria con que se hi¬
cieron aquellas leyes, que eran la expresion más pura de
la justicia aplicada à las necesidades sociales: anadamos
la profunda politica con que sabian asimilarse los pue¬
blos conquistados, y la dureza extrema con que se resi¬
denciaba á los gobernadores de las provincias, y no ex¬
trannaremos que Polibio, por la sola comparacion de las
dos repûblicas de Cartago y de Roma, anunciara que ésta
debia subyugar à aquélla, ni nos asombrará que desde el
Eufrates y el Tanais hasta las Columnas de Hércules y
el Atlántico le obedecieran todas las tierras, que hoy for¬
man grandes naciones: todas las Galias, toda la Penin¬
sula ibérica, casi toda la Gran Bretana, la Iliria hasta el
Danubio, la Germania hasta el Elba, el Africa hasta sus
impenetrables desiertos, la Grecia, la Tracia, la Siria, el
Egipto, todos los reinos del Asia Menor y todos los com¬
prendidos entre el Ponto-Euxino y el mar Caspio y otros
que acaso olvido; y que todos, gobernados por aquellos
poderosos hombres, Ilegaran à florecer y gozaran de una
grandeza y de una paz, que ántes jamas habian conocido.
Tan prodigioso edificio politico vino despues à derrum¬
barse. Qué es hoy de la ciudad de las siete colinas? ; Qué
ha sido de la soberbia del Tiber? ; Qué se hizo aquella
hermosa campina, que los romanos Ilamaban delicias tus¬
culanas y tiburtinas? — Quomodo sedet sola civitas ple¬
na populo?, podriamos exclamar con el melancólico pro¬
feta que anunciaba la ruina de Sion. Todo desapareció:
Facta est ut vidua domina gentium.
De dónde tan inmenso cambio? ; Cómo empezó? ; Por
qué se verificó? ; Qué faltó alli?
Max-Planck-Institut für
Rea
Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte