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DEL SR. D. LOPE GISBERT.
ciertan en feliz armonia las ensennanzas de entrambas.
Queda, pues, sentado que el hombre, como individuo,
es perfectible.
Y como la sociedad se compone de individuos, si son
perfectibles todos éstos, debemos necesariamente admitir
que lo es tambien aquélla; pues seria ilógico admitir de
un lado la perfectibilidad de las partes, y negar despues
la del todo; y por eso ha dicho un moderno filósofo que
la frase «tales hombres, tal sociedad» es la traduccion
literal del axioma de lógica; «tales causas, tales efec¬
tos.»
Ademas, la sociedad no es un simple conjunto ó agre¬
gado de individuos; es un verdadero organismo, en el
cual, léjos de perderse ninguna de las cualidades ó de las
fuerzas que se dan en los hombres tomados separadamen¬
te, se despliegan otras nuevas, que se revelan por hechos
y se aplican por medio de instituciones inventadas y esta¬
blecidas por los mismos individuos; que son susceptibles
de adelanto y de mejora; que los reciben en razon di-
recta de la cultura de aquéllos, y
que despues, por una
reaccion armónica y maravillosa.
contribuyen å la rea-
lizacion del destino del hombre, facilitando el desarrollo
integral de todas sus facultades.
II.
Vemos, pues, que el hombre y la sociedad son perfec¬
tibles; y ahora debemos preguntar: esa cualidad que aca¬
bamos de reconocer in potentiâ, i, cómo se revela in actu.
O lo que es lo mismo, ;en qué consiste esa perfeccion,
que debe ser objeto de la perfectibilidad?
Para responder distinguiremos, ante todas las cosas,
entre las dos ideas de perfeccionamiento y perfeccion,
manifestando que ésta significa el término, y aquélla el
medio; que la segunda expresa un estado invariable, co¬
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Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte