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DISCURSO
los Ilamados delitos comunes, retribuyendo el terror del delito
con el terror de la pena, o si el delito Ilamado social es una
modalidad cualificada del llamado delito politico que nace de
una exaltación morbosa de ciertas aspiraciones ideales, más
que de una perversión moral del delincuente, como en el lla¬
mado delito natural (1).
Cuando el ano pasado sufrieron el rigor de la ley varios
soldados sediciosos, que intentaron sublevar un regimiento
de Artilleria, en el cuartel del Carmen, de Zaragoza, yo os con-
(1) Recuérdese el tan comentado discurso del profesor Jiménez Asua
en la Real Academia de Jurisprudencia.
Esta conferencia se ha publicado con el titulo Los delitos sociales y la
reforma del Côdigo penal. Editorial Reus. Madrid, 1921, y de tan intere-
sante trabajo reproducimos los siguientes pårrafos:
«Tomando el motivo como criterio dirigente hallamos una fácil dife-
rencia entre la criminalidad comùn y la delincuencia politica: la primera
se origina de móviles egoistas — aunque pueden no ser innobles, como el
amor contrariado, el honor ofendido, etc. —, y la segunda de móviles al
truistas, a veces aberrantes y utópicos, nacidos de la preocupación por un
mejoramiento politico y social, en beneficio de la sociedad entera o de una
de sus clases.» (Pág. 12.)
.eooocoooooooooooocooscac...
«La delincuencia evolutiva no ha podido sustraerse a las transfor-
maciones del mundo, y se ha ido modificando a medida que cambiaban
los ideales y las preocupaciones de la humanidad. Los romånticos mo-
tivos que movian a los revolucionarios de otras épocas no son los mó
viles económicos que hoy inspiran a los autores de delitos sociales.
aunque un nexo comùn les una: el sentimiento altruista de procurar
el mejoramiento de toda la sociedad o de una clase determinada.» (På
gina 15.)
ccoooooooooo.e.
«La causa comùn de la delincuencia evolutiva, en sus aspectos de deli
to politico, anarquista y social, se halla en la propia manera de estai
organizados el Estado y la sociedad, y en el deseo que late en el autor del
hecho, de mejorar las formas estatuales o las condiciones de vida de la
masa social.
»El afán constructor impera en el delincuente politico; su ideal radica
en cambiar la forma de gobierno y la actuación en él del pueblo y de los
partidos, esperando de estas transformaciones el bienestar de los compa
triotas y el avance de la civilidad. El delincuente politico tiene un pro-
pósito localizado. En su sentido simplista pertenece a una época ya pasa-
da; pero subsiste hoy, como medio de cambiar el orden social.
»En los delincuentes anarquistas, cuando el tipo se da puro, hay una
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Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
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