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CONTESTACIÖN
Aquel periodista y poeta de diez y seis anos, que odiaba
las Ciencias naturales y las Matemáticas, hubo de formalizai
luego sus estudios en la Facultad de Derecho, donde tuve yo
la honra de ser su companero. «Las aulas de la Universidad
- dice — pareciéronme cárceles odiosas que aprisionaban los
anhelos de mi juventud.» En aquella cárcel (denominación un
tanto antifrâstica, porque, tanto él como yo, conservamos
gratisimos recuerdos del feliz periodo de nuestra condena
se condujo, en verdad, como uno de los mejores penados;
pero, en el fondo de su alma, siguió siendo periodista y poe¬
ta, conservando del primero la sana e infatigable curiosidad
y del segundo la imaginación ardiente, el ingenio chispeante.
y sobre todo eso — como saben bien los que le tratan —, una
bondadosa y profunda ironia, que a cada momento resalta en
su palabra y que se transparenta en todos sus escritos, aun
en los más serios e impersonales. De ella no excoptûa ni a su
propia vida. Desde 1891 ha venido siendo Oficial del Con
greso de los Diputados..., y todavia sigue sorprendido, cuan¬
do en si piensa, de ser «un funcionario pûblico». Asi, me de¬
cia en cierta ocasión: «Una vez en aquellas oficinas, procuré
enterarme de cosas parlamentarias, y estudié, y escribi, y
charlé insistentemente. En algo habia de ocupar el tiempo!
A ratos, ejerci la abogacia; pero contadas veces. No me daba
cuenta de la realidad, y la realidad consistia en que, contra
mis ilusiones y mis esperanzas — no Ilores, no es para tan¬
to —, la calidad de funcionario pûblico, aunque del Parla¬
mento, se apoderaba de mi en tales términos, que obscurecia
cualesquiera otras. La suerte estaba echada... Todavia estu¬
diante, me inscribi entre los socios de la Real Academia de
Jurisprudencia y Legislación. Frecuenté sus sesiones. Inter¬
vine en la mayoria de sus debates, pûblicos y privados. Hasta
no faltaron quienes me tuvieran por orador y predijeran que
llegaria a brillar en politica. No hay que hacer caso de pre¬
dicciones. Mi sino era éste: jfuncionario, y nada más que fun¬
cionariol»
A la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (en
Max-Planck-Institut für
encias Morales y Politicas
Real Academia de
europäische R
tsgeschichte