163
DEL ILMO. SR. D. JUAN ZARAGÜETA BENGOECHEA
lado, esa misma realidad es algo que el hombre asimila en
la sintesis vital de su personalidad, a la cual imprime y de la
cual a su vez recibe modalidades que son fruto de esta in¬
manencia de la realidad en la persona: el hombre las expre¬
sarâ on sus juicios estimativos de valor.
Ahora bien, doble es la estimación de que todos los obje¬
tos de nuestra vida son susceptibles ante el sujeto que los
asimila. Por una parte le aparecen dotados de una dimensión
cuantitativa, no seguramente esa dimensión de totalidad o de
igualdad que tienen los objetos en si o en sus relaciones re
ciprocas, sino la dimensión comparativa y proporcional que
revisten ante la sintesis de la conciencia centralizada en el
«yo»: esta proporcionalidad serä objeto de una estimación
peculiar que llamaremos de valor cuantitativo, y que pudiera
también Ilamarse «ontológico», ya que afecta más bien al
«ser» puro de la realidad, si bien en su relación con la per¬
sona. Por otra parte, los objetos se muestran ante el sujeto
que los asimila en una dirección cualitativa determinada, no
precisamente por las propiedades que on si poseen y entre si
producen, sino por su congruencia con las necosidades vita¬
les de la conciencia humana: esta congruencia serâ a su vez
estimada en juicios especiales que Ilamaremos de valor cua¬
litativo o psicológico.
De esta manera el mundo de los Valores se ofrece a la
conciencia, paralelamente al mundo de las Realidades, defi¬
nido en las dos supromas categorias de cantidad y cualidad,
pero con su sentido peculiar en cada una de ellas: al paso
que estas categorias son para las realidades determinación
del Ser que las constituye, ropresentan en los valores la ex¬
presión auténtica de la Vida humana.
Vamos a examinar sucosivamente ambas valoraciones
— la cuantitativa y la cualitativa — on el sentido de una sis-
tematización sugerida por el lenguaje.
Max-Planck-Institut für
Morales y Politicas
Realkce
päische Rechtsgeschichte