B) LA SISTEMATIZACIÖN DE LOS VALORES
Voy a abordar ahora un aspecto — y ya el ultimo — de
la cuestión que nos ocupa, para el cual reclamo muy espe¬
cialmente vuestra indulgencia.
No se trata ya de mostrar — porque la supongo suficien¬
temente probada — la existencia en el Vocabulario de dos
clases de términos, unos que designan hechos o realidades, y
hemos Ilamado positivos — otros que representan valores
humanos, y se Ilaman estimativos — otros, on fin (y son los
mås), en cuyo contenido semántico entran igualmente senti¬
dos de hecho y sentidos de valor.
Me tienta actualmente la idea de esbozar una sistemati-
zación de los términos de valor, análoga a la que la ciencia
tiene ya hecha y va constantemente perfeccionando de los
términos de realidad. Una sistematización semejante supone
ya, al parecer, una filosofia de los valores, y bien notorio es
mi designio de quedar en este modesto trabajo completa¬
mente al margen de ella, ofreciéndole sólo esta ligera contri¬
bución lingüistica. No obstante, me animo a acometer el di¬
seno sistemático, por si al conjuro de las palabras y de su
intención significativa llegara a descubrirse el hilo conduc¬
tor en las misteriosas regiones que simbolizan.
Para ello, voy a recordar una idea fundamental, ya an-
tes emitida, de lo que a mi entender constituye la perspecti¬
va necesaria y suficiente para un juicio de valor: el egocen
trismo. El hombre de ciencia, para formular sus juicios de
realidad, aun cuando se trate de la realidad de la vida men¬
tal propia o ajena, se coloca frente a olla, en actitud de puro
espectador, anulando su propia personalidad en lo que tiene
de más activa y palpitante, para no dejar de ella en funcio-
Max-Planck-Institut für
Real Academia de
encias Morales y Politica:
uropäisch
htsgeschichte