Full text: Zaragüeta Bengoechea, Juan: Tesis: Contribución del lenguaje a la filosofía de los valores

DISCURSO 
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Por lo demás, el tránsito de un sentido a otro no se da 
sólo en la dirección ya senalada — o sea de un sentido de 
realidad a otro de valor — sino que puede también realizar¬ 
se en forma inversa. Muchos nombres propios — como el de 
«Pedro», impuesto por el mismo Cristo al primero de los 
Apóstoles — tienen su origen en nombres de valor. De los 
comunes simples, como «patriota», significativos de valores 
bien notorios, salen compuestos como «com-patriota» que 
representan una pura condición de hecho. Del mismo modo, 
la palabra «protestante» significó en sus origenes una acti 
tud de valoración que hoy no tenemos en cuenta cuando in¬ 
cluimos a alguien en aquella confesión religiosa; Ilamamos a 
un abogado «defensor» por el hecho de asignarle esa fun¬ 
ción en un proceso, sin advertir la eficacia con que la des¬ 
ompena; y los trenes que salen a determinadas horas y con 
determinadas paradas merecen el nombre de «râpidos», sin 
que los viajeros caigan en cuenta del valor incluido en esta 
palabra más que por la frecuente ironia de su contraste con 
la realidad. 
Una de las formas mås curiosas de la evolución semántica 
es aquella por la cual, al pasar una misma raiz de una función 
gramatical a otra, cambia esencialmente de sentido: asi, poi 
ejemplo, del verbo «mover» han salido el substantivo «mue¬ 
ble» y ol adjetivo «movilizado», tan extranos al primitivo 
sentido verbal. Pues bien, estas transformaciones no se dan 
sólo entre sentidos de realidad, sino también hacia sentidos 
de valor. Veamos algunos ejemplos. Las palabras «nûmero». 
vespacio», «duración», son substantivos bien notorios de he 
cho, pero sus adjetivos correspondientes «numeroso», «espa 
cioso», «duradero» son ya vocablos estimativos de cantidad. 
Designamos un hecho cuando decimos de alguien que «ejer 
ce autoridad» o que «ha manifestado su voluntad», pero le 
calificamos apreciativamente cuando le tildamos de «autori- 
tario» o de «voluntarioso». El ssalario» de una persona o el 
«precio» de una mercancia son hechos económicos, pero 
salimos de ellos al juzgar a un escritor como «asalariado» o 
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Real/ 
rales y Politicas 
europäische Re 
htsgeschichte
	        
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