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DEL SR. D. JOSÉ GARCIA BARZANALLANA
mar agrupaciones, que proporcionen la posibilidad de las
mavores utilidades consiguientes á la vida asi practicada,
que es el fin de la civilización, no se han de limitar à los
actos que sirvan de provecho inmediato y privativo de los
que hayan empleado sus afanes y laboriosidad, no menos
que desembolsos cuantiosos, en muchas ocasiones, para
obtenerlos. Muy fácil es que no lleguen á poder disfrutar,
por si mismos, de los beneficios que, como probables, se
tuvieron en cuenta, al decidirse á acometer la empresa
que los produjo.
Satisfacción intima, y no escasa, reporta el que los ha¬
ce trasmisibles à sus herederos, al abrigar la creencia de
que éstos recordarán, con carinosa simpatia, el paso por
el mundo de los que, además de proporcionarles una po¬
sición social desahogada, contribuyeron á establecer el
poderio material y el politico de la nación à que pertene¬
cen; y que, por regla siempre observada, son indicio
cierto de una suerte feliz, que les permite ejercer un in¬
flujo preponderante, y tal vez decisivo, en los destinos de
la humanidad.
Los gobiernos, prescindiendo de las formas politicas en
que respectivamente se hallen establecidos, si han de rea¬
lizar su misión, uniforme para todos ellos, de ser los pro¬
tectores celosos y entendidos del desenvolvimiento mate¬
rial en lo que, bajo cualquier concepto, afecte à la riqueza,
la ilustración y las demás condiciones ventajosas para los
intereses generales de sus administrados, tienen que de¬
dicarse á la investigación de los medios oportunos para
desempenar, con fruto, la tutela de cuanto pueda calificar¬
se de provecho colectivo de la sociedad.
Los métodos de procedimiento podrán ser muchos en
nûmero y diversos en la forma empleada para su aplica¬
ción; como variables son también las circunstancias pe¬
culiares de los pueblos; y distintas las de las épocas en
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte