DISCURSO 
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Materia es ésta que nos llevaria muy lejos en el comen¬ 
tario, dando medida desproporcionada a esta parte de nues¬ 
tras consideraciones. Es de esperar que las ensenanzas de la 
realidad vuelvan por el recto sentido del texto constitucio- 
nal, que es al propio tiempo la más alta conveniencia del 
rey y del ejército. 
VII 
Relación de los ministros con las Cortes. 
El rey nombra y separa libremente a los ministros, dice 
el nûmero 9. del articulo 54 de la Constitución, correspon¬ 
diendo a un precepto análogo de todas las constituciones. 
Ciertamente que para quien tomase tal texto en su literal 
sentido resultaria toda la vida politica de los paises de régi¬ 
men parlamentario completamente inexplicable. Qué rela- 
ción tienen estos ministros con el Parlamento? Segun la 
Constitución, serán acusados por el Congreso y juzgados 
por el Senado cuando incurran en responsabilidad; pero 
como este caso no se ha dado nunca desde que la Constitu¬ 
ción actual rige (y una sola vez antes, el ano 59), bien puede 
decirse que toda nuestra vida parlamentaria no tiene mas 
base constitucional que la manifestación hecha, como de 
pasada, en el articulo 58, de que los ministros pueden tomar 
parte en las discusiones de ambos Cuerpos colegisladores. 
Con una base constitucional idéntica se ha llegado en los 
Estados Unidos al régimen presidencial, de separación casi 
absoluta de los poderes ejecutivo y legislativo. Podriamos 
pensar que en Espana se ha llegado, por el contrario, a la 
implantación del régimen parlamentario? En la apariencia, 
si; pues, en efecto, y a pesar de la absoluta libertad del rey 
para nombrar sus ministros, imitamos las pråcticas inglesas, 
y por nadie se pone en duda la necesidad de que el Gobier 
no cuente con mayoria en las Cåmaras para poder mante- 
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Morales y Politicas 
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