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DEL SR. D. JOSÉ MANUEL PEDREGAL
de hacer pasar en autoridad de cosa juzgada, que, si todos
estos males eran una realidad, se debia a los excesos de la
democracia y del parlamentarismo que ora urgente atajar
poniendo fuera del alcance de sus pecadoras manos cuanto
representase permanencia y eficacia para el bien publico, de¬
jando a las asambleas ropresentativas del pueblo reducidas
a la discusión de amenas e inofensivas divagaciones, tan sólo
interrumpidas para dar, sin excusa ni pretexto, su aproba¬
ción a los proyectos saturados de tecnicismo, elaborados por
Juntas y entidades bien preservadas del corrosivo contacto
de la democracia, siquiera la democracia pudiera salir de ta¬
les proyectos molida y maltrecha.
Gran fortuna fué que de afuora nos viniese el remedio e
imposibilidad de que se consolidase y Ilevase a cumplido
efecto lo que habria sido inevitable ruina de nuestra econo¬
mia nacional, y muerte, antes de nacer, de las instituciones
parlamentarias y democråticas, en cuya efectividad han de
oncontrar alivio, y acaso con perseverancia curación radical,
los males de nuestra vida politica. En esto, como en tantas
cosas, debomos nosotros, como debe el mundo entero, al re¬
sultado de la guerra, grandes bienes. La contradicción entre
la democracia y la efioacia, ya jamås podrå ser mantenida.
La democracia se ensenorearâ del mundo, y hasta nosotros
Ilegará su imperio. Entonces se verâ cómo es posible una or
ganización democrâtica y técnicamente eficaz para todos los
servicios nacionales. Necia seria la pretensión de anticipar
cómo cristalizará en nuevas fórmulas fecundas la democra
cia, que, servida por la técnica, difunda el bienestar asegu¬
rando a todos el disfrute del imprescindible para vivir una
vida digna de seres humanos. Pero es indudable que el re¬
sultado de la guerra ha de acercarnos considerablemente a
ellas, y es deber de los que tengan fe en una renovación de
la vida politica que la haga apta para recoger y encauzar un
contenido ideal que, hasta ahora, o no existia, o no tenia ol
suficiente vigor, aportar su contribución a la obra.
Claro es que seria materia notoriamente excesiva para un
Max-Planck-Institut für
Real Academ
Morales y Politicas
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