DISCURSO
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aplicación transformaria, aumentåndola, la riqueza agricola
de Espana.
Además de este principio ó comienzo de socialización del
derecho, se conoce en todas las naciones el de intervenir en
la transmisión de bienes por medio del impuesto, y éste, à la
par que completa la intervención del Estado en el ejercicio
de uno de los más sagrados derechos del hombre, es ademâs
factor poderoso para la compensación de las desigualdades
sociales.
No sólo de pan vive el hombre, y éste tiene un derecho
innegable à ser instruido y educado; es decir, à que se le pro¬
vea de los elementos morales necesarios al ejercicio de su
actividad y de los que convienen á su conducta con sus se¬
mejantes.
Es obligación primera del Estado la de instruir á sus sûb¬
ditos, sin regateos de especie alguna; tanto es asi, que cree¬
mos que ninguna obligación puede ser exigida al individuo,
si no se le facilitan medios de instrucción.
El ser que carece de instrucción apenas es humano, y no
es susceptible, por tanto, de obligaciones sociales.
El mejor hombre de Estado será aquel que acomode sus
métodos pedagógicos á las condiciones de su patria y consi¬
ga que sus conciudadanos encuentren en ellos eficaz y sólido
apoyo para su actividad.
La necesidad de la educación responde al aspecto psico¬
lógico del problema social, que hemos enunciado como fac¬
tor indispensable de su solución, y el Estado debe atenderla
en forma adecuada.
Hay que educar al sujeto pensante, para transformar sus
sentimientos, elevåndoles y guiándoles por las sendas del
amor y del bien, de la propia manera que se ha transformado
el objeto necesario para el progreso.
Del desequilibrio presente entre el adelanto moral del
hombre y el progreso material-de la humanidad, de la que
Ilamaba Carlos Marx diferencia entre las superestructuras
sociales inferior y superior, han nacido las tempestades revo¬
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