DISCURSO
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mitado al hombre ningûn derecho natural, pero si debe con¬
dicionarse el ejercicio de algunos, por la función social que
esté atribuia al objeto à que se aplican.
Necesita el hombre ambiente para el desarrollo de sus ac¬
tividades, elementos morales y materiales para su fomento,
amparo en sus desgracias y medios de compensar congénitas
diferencias de sus semejantes. El Estado, como representa¬
ción politica de la sociedad, debe conceder á sus componen¬
tes los elementos precisos para su vida material y moral; de¬
fender y estimular sus iniciativas, y estar atento à los otros
requerimientos enunciados; pero, al mismo tiempo, debe pe¬
sar el aspecto que tengan y la función social que revistan los
objetos á que aplique el derecho individual ó el que pueda
producirse en su ejercicio; pues del conjunto armônico de
ambas manifestaciones del ser humano debe resultar en de¬
finitiva, el equilibrio necesario para la vida del Estado mismo.
Las sencillas declaraciones que anteceden constituiran
en su dia la piedra angular de la doctrina intervencionista,
y hoy deben ser condición del procedimiento, si éste ha de
apaciguar los bruscos movimientos de la revolución.
Parte interesantisima es la «politica social», y unico re¬
medio eficaz contra el socialismo y sus exageraciones, segun
nuestro Cánovas del Castillo. La regulación del ejercicio del
derecho de propiedad, habida consideración á la funciön so¬
cial de ésta, es porción interesantisima de su contenido.
El derecho de propiedad es corolario preciso de la per¬
sonalidad humana, como lo es el de su transmisión, y con ese
carácter debe ser por las leyes reconocido; pero al propio
tiempo, es hora ya de apartar de las leyes el concepto juri¬
dico que en ellas merece, desde que lo formularon las roma
nas, y que permite al propietario hacer de lo suyo cuanto
guste; pues si el verbo abutere, del conocido texto de defini¬
ción latina, no quiere decir «abusar», significarâ «no usar».
digan cuanto quieran los ergotistas; y si ellos traducen los
textos de otro modo, el mundo entero se ha encargado de
quitarles la razón, pues no hay sobre la superficie del pla¬
Max-Planck-Institut für
Real Acade
Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte