DISCURSO
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trariándole en su manifestación ni en su adelantamiento, é
hipotéticamente, cooperando, segûn las circunstancias de lu¬
gar y tiempo, à que por medio de él participen todas las re¬
giones de los productos con que á la Naturaleza le plugo do¬
tar à cada una: la ley que manda querer para nuestros prò-
jimos el bien que para nosotros mismos queremos, negativa
y afirmativamente impone esa obligación á los individuos y
à los pueblos. Y la verdad es que cuando, por una parte, se
observa la vertiginosa rapidez con que el comercio, utilizan¬
do locomotoras y buques, telégrafos y teléfonos, todas las
creaciones de las ciencias, circula por el orbe entero los pro¬
ductos y con los productos las ideas, y relaciona entre si à
todos los hombres, sin distinguir de raza, de religión, de
idioma, de costumbres ni de leyes; y, por otra parte, se
piensa sobre aquellas evangélicas palabras: «A los ojos de
Dios no hay judio, ni griego, ni esclavo, ni hombre libre: Sois
todos hermanos: Amaos los unos à los otros, y que cada uno
atienda al bien del prójimo», el ánimo maravilladô se rinde
ante la sabiduria infinita, y proclama que no es el comercio,
como el materialismo le entiende, grosera industria de mez¬
quino lucro, sino institución providencial de fraternidad hu¬
mana, instrumento de que se vale la voluntad omnipotente
de Dios para extender la más hermosa de las virtudes por
todos los ámbitos de la tierra.
El comercio es un medio natural, necesario y perpetuo
de asociación universal (1).
(1) Recuérdese que la concesión del commercium sirvió entre los roma¬
nos para abrir las puertas à las relaciones juridicas internacionales, sobre
la base de un derecho mercantil desarrollado por el Prœtor peregrinus
desde fines del siglo v de Roma; y aun es posible, como observa con su
habitual profundidad R. von Ihering (L'Esprit du Droit romain dans
les diverses phases de son développement, trad. Meulenaere), que el com
mercium haya comenzado por las relaciones internacionales, antes de
ser aplicado en el interior del Estado à las relaciones entre ciudadanos y
no ciudadanos.
Tan poderoso es el espiritu de asociación que lleva consigo el comercio!
Max-Planck-Institut für
Real Academie
ncias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte