DISCURSO
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Repûblica en la corrupción electoral más bochornosa que se
ha conocido.
Verdad es que tampoco la culta Inglaterra y los Estados
Unidos, donde impera el régimen democrático, se han podi¬
do librar de estos defectos que los impugnadores del sufra¬
gio universal achacan al voto popular; pero esas impurezas
acompanan de igual modo å todo sistema electivo, y por eso,
para depurar el electorado de deficiencias é imperfecciones,
se ha acudido en todas las naciones á métodos, mås ó menos
ingeniosos, que aseguren la independencia del elector. Esto
ocurre en la industriosa Bélgica, donde se le aisla antes de
emitir el voto, para que, á solas consigo mismo y libre de
toda presión extrana, pueda darle secretamente, siguiendo
los dictados de su conciencia ó las inspiraciones de los idea¬
les politicos que le merezcan preferencia.
No puede negarse, sin embargo, que el sistema electoral
tiene defectos lamentables, que la pasión politica, los intere¬
ses locales y las luchas de banderia agrandan y estimulan (1);
pero es preciso confesar que tanto los tratadistas de derecho
publico como los hombres de Estado trabajan sin cesar para
corregirlos y lenmendarlos, siendo en la actualidad mucho
menos que lo fueron anteriormente, por lo que es de esperar
que se lleguen à extirpar por completo, cuando, por la mayor
perfección de la ley, la refoi ma de las costumbres, la instruc¬
(1) Paul Laffite dice «que se enumeran los peligros del sufragio
universal sin fijarse en que éstos vienen menos del principio en si
mismo que de la manera de aplicarlo, y se olvidan que si el sufragio
universal tiene males, también tiene bienes, siendo los dos principa¬
les: 1.°, que cuando todos los ciudadanos, por medio de sus represen¬
tantes, toman parte en la formación de las leyes, la obligación de res¬
petarlas es en ellos más directa y más fuerte; y 2.°, que bien organiza¬
do, es un elemento?de educación politica». (Le suffrage universel et le ré¬
gime parlementaire.)
Laveleye dice: «El ejercicio del sufragio eleva la dignidad del hom¬
bre, y es por él como llega á ser y se siente ciudadano, dejando de ser
vasallo desde el momento en que una parte de la soberania nacional
le pertenece». (Lefgouvernement dans la démocratie.)
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eal A
ncias Morales y Politica
uropäische Rechtsgeschicht