CONTESTACIÖN
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costumbres y, en una palabra, el amor á la Cruz como simbo¬
lo de la redención por el amor y el sacrificio. Con nueva luz
en la mente, quizás, pero con el mismo inmortal y hondo sen¬
timiento, repitamos con la poesia mistica medioeval:
Consolator alme veni,
Linguas rege, corda leni,
Nihil fellis aut veneni
Sub tua presentiä.
Nil jocundum, nil amœnum,
Nil salubre, nil serenum,
Nihil dulce, nihil plenum,
Nisi tuà gratià.
.c.o.oocoodoooossos...
Crux est navis, crux est portus,
Crux deliciarum hortus
In quo florent omnia;
.*.c.cocc.oaccoccco.........
Nulla salus est in domo
Nisi cruce munit homo
Superliminaria;
.c..c.c.c.c.caooososccocoso....
Crux est arbor decorata
Christi sanguini sacrata
Cunctis plena fructibus
.ooooooootoaocoo.
Tecum volo vulnerari... (1).
En uno de esos relámpagos de la verdad que iluminan el
pensamiento borrascoso de Nietzsche, al describir en su poe-
ma Zarathustra cómo ha de ser el héroe, el soberano, el que
ha de dirigir las muchedumbres, nos dice que ha de haber
llegado al grado supremo del dolor. «Unicamente en la escue¬
la del sufrimiento, del gran sufrimiento, lo ignorais acaso?
(1) Fragmentos de las composiciones De Sancto Spiritu y Laudes cru¬
cis, de A. de San Victor (siglo XII), y Laudismus de S. Cruce, de San Bue¬
naventura (siglo XIII).
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politica:
uropäische Rechtsgeschichte