DISGURSO
DEL ILMO. SR.
DON JOSÉ PIERNAS Y HURTADO
Nunca ambicioné, Sres. Académicos, el honor, que juz-
gaba inmerecido, de sentarme á vuestro lado, y menos pude
imaginar que alcanzaria esa honra agrandada por el hecho
de venir al sitial que ocupaba, desde la fundación de este
Instituto cientifico, el sabio maestro, eximio politico y celo¬
sisimo gobernante D. Laureano Figuerola.
Fui primero su discipulo, su amigo después, y siempre
admirador de sus raras dotes y virtudes; por eso mis pala¬
bras no son de mera obediencia à la justificada costumbre de
rendir tributo à la memoria del académico à quien se susti¬
tuye, sino que expresan vivos y muy hondos sentimientos, de
dolor por la pérdida de un hombre ilustre, de carino, de
estimación y de respeto al recuerdo de su obra trascendental
y fecunda.
Era Figuerola un pensador, era un filósofo; mas con la
firmeza de su voluntad y la energia de su razón poderosa
logró un perfecto equilibrio de facultades, y alcanzó la dificil
hermandad entre las cualidades del sabio y el arte para la
vida, Ilegando à ser modelo de acierto y diligencia en la
administración de los intereses pûblicos. Asi, con su vasta
Max-Planck-Institut für
as Morales y Politicas
ade
europäische Rechtsgeschichte