Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschichte
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DISCURSO
influye sobre el fisico con aquel insidioso soplo satánico,
que, con la promesa enganosa de que serian como dio¬
ses, supo inocular en nuestros primeros padres el prin-
cipio de toda rebelión, formulado en el por qué de las
prohibiciones de Dios? Interrogar, ha dicho el ilustre
Lacordaire, es poner algo en duda, y poner en cuestión
una cosa y una persona, envuelve muchas veces un
germen de revolución moral, que se convierte pronto
en revolución material. No debe, pues, extranarse que
despues del por qué del paraiso, respecto de las cosas de
Dios, hayan seguido diciendo otros, como Espartaco,
«por qué los esclavos?, como Sieyes para dar paso al
tercer estado, épor qué los nobles?, como ahora el ge¬
nio de todas las anarquias, épor qué la sociedad? «por
qué el mundo asi?
Hoy siguen las preguntas como siguen las revolucio¬
nes. «Por qué, se dice ahora, la religión? «Por qué la
moral? «Por qué la Iglesia? Y especialmente, épara qué
los dogmas? «para qué los misterios? De este modo pa¬
rece que en estos tiempos quiere demostrarse histórica¬
mente la existencia de aquella primitiva pregunta del
paraiso: «por qué Dios?.... Sólo que Dios está muy alto
para que pueda insistirse demasiado en semejante pre¬
gunta, y tienen que ser hoy á su vez preguntados mu-
chos de los que ayer de esa manera interrogaron.
Cosa parecida sucede ya con las personas, en sus re¬
putaciones sociales, politicas y cientificas, que la male¬
volencia satánica sigue preguntando: De dónde viene
ese hombre? ; Quién es Fulano de Tal? «Por qué tanto
él?.... Ponerlo todo en cuestión, en instituciones y per-
sonas, ese es el fin de esas revoluciones, hechas en su
mayor parte hasta este momento, no en obsequio de la
humanidad, sino en el de una parcialidad cualquiera,
cuando no dé un solo individuo.
En la actualidad el espiritu revolucionario no es ya
Morales y Politicas