Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschichte
DISCURSO
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bres. Asi los Parlamentos vienen elaborando muchas
instituciones que con apariencia parlamentaria son las
que les traen aparejada la ruina, y otras que con visos
de democracia destruyen la naturaleza democrática de
cualquier gobierno.
De todo esto, por tanto, parece lo más acertado
inferir que las nuevas fuerzas sociales no se dirigen
contra la esencia de la institución monárquica; podrán
atacar à una persona, à una dinastia y hasta cambiar
el titulo de Rey; pero cualesquiera que sean las perso-
nas y los nombres de las magistraturas soberanas que
ellas entronicen, la esencia monárquica del gobierno,
por la fuerza de la realidad, no sólo seguirá siendo la
misma, sino que más dificil será la vida de los Parla-
mentos, cuanto más se aparten de los poderes reales
ungidos por la historia patria. Porque, en efecto, si la
monarquia legitima y por la gracia de Dios, tal como
el pueblo entiende esta fórmula, es hoy, entre las dife-
rentes formas de imperio monárquico, la unica quizås
que en las circuntancias actuales no podria vivir sin
cohabitar con el Parlamento, á su vez nuestro Parla-
mento jamås podria aqui armonizar sus funciones poli-
ticas con otra institución monárquica que no sea la
de la realeza hereditaria y legitima. Que no busque en
otra parte amparos el régimen parlamentario: los con¬
sules, presidentes ó protectores no pueden ser aqui sino
verdugos del Parlamento ó esos figurones grotescos
que los partidos visten con retales de pûrpura ó insig
nias consulares, teniéndoles averiguado que con tal de
Ilevar delante de si doce manojos de varas, sentarse en
presidencias y aparecer con papel de soberanos en los
juegos del pueblo y en festines de Estado, se hacen es¬
clavos de cualquier secta é instrumentos dóciles para
Real
sy Politicas