Max-Planck-Institut für
europäische Rechtsgeschichte
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DISCURSO
y del foro para resguardar los intereses supremos en el
palacio de los Césares. Si se observa con algun deteni-
miento la dirección de las fuerzas revolucionarias.
ahora màs potentes, y sobre todo lo que está descom-
poniendo y creando la revolución económica, los sinto-
mas que se perciben son de que estos agentes se diri-
gen mås bien contra la esencia de la institución par-
lamentaria, tal como ha funcionado hasta aqui, que
contra el principio monárquico. Su esfu erzo destructor
respecto del principado se reduce á mudar los emble¬
mas, à combatir determinadas personas que ocupan el
poder, pero no al poder mismo. Por el contrario, res¬
pecto del Parlamento consideran como accesorios el
que alli imperen las personas de una ù otra oligarquia;
contra lo que se dirigen es contra la esencia misma del
poder parlamentario. Cada triunfo de lo que hoy se
Ilama cuarto estado fecunda en nuestras entranas
sociales la concepción del César romano ó del tirano
griego; la multitud comprende que la más natural é
irresistible expresión de su senorio en el Estado se re-
suelve con que uno gobierne por todos y en nombre
de todos; es decir, la democracia reducida á un sólo
gobernante, el demagogo ungido para la soberania
por el sufragio universal. Las democracias contempo-
ráneas, lo mismo que las del Lacio y del Atica, en
cuanto la plebe acabe por ser más poderosa que el pa¬
triciado, darán à luz al César, y en tales condiciones
hoy, cual en los tiempos antiguos, César significará
para el pueblo la ruina del Senado, de los patricios y
de los caballeros, el acabamiento de la cábala y pan¬
dillaje de los quinientos que le oprimen como próceres
de la politica ó de la hacienda; significará la extirpa¬
ción de los tiranuelos de los comicios y la destrucción
de las mil tiranias particulares, à fin de que sólo quede
una que, por su propia grandeza, lejos de vejar al pue¬
es y Politicas
ReaAc.