DEL EXCMO. SR. D. RAIMUNDO FERNÄNDEZ VILLAVERDE
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organica anterior y superior al voto de unos comicios
ö de una Asamblea; tiene una voluntad que no es la
expresada en un fugaz momento de su vida bajo la
presión de circunstancias pasajeras, sino la resultante
de sus tendencias, de sus intereses, de sus obligaciones,
de sus sentimientos, de su historia, el yo de la nación,
el espiritu y la conciencia de la patria.
Suele hacerse del sufragio universal otra defensa
que también se aplica al Jurado, considerándolo como
medio educador. La participación de todos los ciuda¬
danos en el poder, se dice, desenvuelve en ellos la in-
teligencia y el amor de los grandes intereses nacionales.
(Mas desde cuándo el Estado y el gobierno se han mi¬
rado como instrumento de experiencia y ensayo? La
educación es lenta, y la ruina de un pais puede ser
rápida. Ni es tampoco la posesión del mando, sino la
lucha por alcanzarlo, lo que ensena ó estimula à apren-
der. El poder adquirido sûbitamente por las masas no
serà nunca un ejercicio de su inteligencia, sino un
medio de imponer su voluntad. Stuart Mill lo ha dicho:
el verdadero interés de las democracias es dar á todas
las clases la fuerza necesaria para hacer prevalecer la
razón, pero jamás para prevalecer contra la razón.
Una ültima teoria del sufragio universal, la que acaso
palpita más en la polémica contemporanea, parece
fundarse en esos principios de la fuerza y de la lucha
por la vida que los discipulos de Darwin dan por triste
ley de existencia à la humanidad. Puesto que tarde ó
temprano, se dice, hemos de llegar á un tratado de paz,
hagámosle antes de la batalla, economicemos hombres
y poder: acudamos al sufragio universal como al pa¬
lenque de un gigantesco torneo en que las fuerzas y los
intereses sociales se midan y adquieran conciencia de
su valor reciproco.
Vana ilusión! Las canas se vuelven lanzas fácil-
Max-Planck-Institut für
sy Politicas
europäische Rechtsgeschichte