DISCURSO
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jefes de familia.—Piensas acaso, extranjero—le dijo
por fin uno de ellos extendiendo la mano hacia las imâ¬
genes consagradas que ornaban su vivienda—que un
hijo de la santa Rusia querria nunca comprometer su
salvación eterna desobedeciendo á su padre? — " Esta
exclamación me reveló, continûa Le Play, el genio de
la constitución rusa, y me explicó cómo la paz pûblica
se mantiene alli, gracias á la disciplina moral volun
tariamente aceptada, y cómo inmensas provincias de
aquel pais se gobiernan sin el concurso de ninguna
fuerza militar,
En Inglaterra como en Rusia las clases directoras
consideran como un axioma, como una verdad experi¬
mental, que la religión es el principio y la base de la
la libertad y de la prosperidad social, y si no hacen los
debidos esfuerzos para mantenerla en las clases popu
lares, la afirman en sus propias familias y arraigan la
tolerancia, no es por escepticismo, como en las naciones
de Occidente, sino por respeto sincero à las conviccio¬
nes religiosas. Y en los Estados Unidos, aunque cueste
trabajo à primera vista senalar principio ninguno de
autoridad en una sociedad tan poco gobernada en la
apariencia, pronto se descubre que la soberania alli
universalmente aceptada es la del cristianismo. " Al
mismo tiempo que la ley, dice Tocqueville, permite
todo al pueblo americano, la religión le pone limites
à todo,
La soberania con sus dos atributos esenciales, la jus¬
ticia para dirimir los conflictos de intereses y la fuerza
armada para castigar los atentados contra la paz pu-
blica, es un principio no menos fundamental y necesa¬
rio, aunque variable en extremo en sus formas. Su fin
esencial es, como el de la religión, el de contribuir,
1 Reforme Sociale, t. 1, pag. 146.
2 Democratie en Amerique, 1, XVII.
Max-Planck-Institut für
Real Academia de Ciencias Morales y Politicas
europäische Rechtsgeschichte